MENSAJE DEL DOCTOR JOSÉ GIL FORTOUL
PRESIDENTE DEL CONSEJO DE GOBIERNO
ENCARGADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
ENCARGADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
AL CONGRESO DE PLENIPOTENCIARIOS DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA EN 1914.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
Los Estados de la Unión, a quienes legítimamente representáis
aquí, decidieron, en ejercicio de su soberanía, que en la presente fecha
quedase insubsistente el Pacto Federal de 1909, Y os confiaron el mandato de
formular un nuevo Pacto que sin interrumpir la tradición
republicano-democrática que de un siglo acá se ha hecho consustancial con la
existencia política de Venezuela, se adapte mejor a las aspiraciones de este
momento histórico y facilite más el esfuerzo conjunto del Pueblo y del Gobierno
para acelerar el progreso y prosperidad de la República.
Desde que los Estados tomaron esa iniciativa, el Ejecutivo Federal
se ha limitado a respetar la voluntad de los Estados, y la prueba concluyente
de la vigilante atención con que el Ejecutivo ha acatado y acata los principios
esenciales del régimen federativo, es mi presencia aquí, a hora fija, con el
fin de rendiros cuenta de la Administración y resignar el ejercicio del Poder.
En las Memorias que los Ministros del Despacho van a presentaras
en seguida, hallaréis pormenorizados los actos del Gobierno. Examinad y juzgad.
La fortuna -siempre voluble, pero en ocasiones risueña e
indulgente- quiso llevarme de la mano a la cumbre del Poder, precisamente;
cuando ya estaba satisfecha mi mayor ambición, que era -vosotros lo sabéis-
luchar por el pueblo y para el pueblo, en la diaria contienda de ideales
contrapuestos, desde la tribuna parlamentaria, donde he vivido las horas más
intensas de mi vida pública. Y no fue todo, sino que mayor satisfacción me
reservaba todavía la amiga fortuna -mantener intacta la obra nueva emprendida
por el hombre fuerte y bueno a quien debe esta Administración su prestigio
interior y su crédito ante el extranjero.
En aquellos últimos días de julio, cuando una desatentada rebelión
pretendió interrumpir el insólito bienestar de que venía gozando todo el país
bajo la certera dirección del Presidente Gómez, y cuando éste, en cumplimiento
de su obligación constitucional, sale a la cabeza del Ejército para rechazar el
cualquier parte a los enemigos de las instituciones nacionales, sucedió,
señores, algo que también pudiéramos calificar de insólito en nuestros anales
políticos. El Presidente Gómez no se arrogó de hecho las tradicionales
facultades de la Dictadura; llamó, en cambio, a encargarse de la Suprema
Autoridad, al hombre civil que en su carácter de Presidente del Consejo de
Gobierno estaba para ello, designado por la misma Constitución; y desde
entonces, el uno en el campamento y el otro en el Palacio de Gobierno,
continúan fraternalmente unidos en igual propósito, a saber: esforzarse en el
restablecimiento de la paz con el menor número de víctimas; colaborar en el
amparo de los derechos e intereses de los ciudadanos; no arriar nunca la
bandera de Diciembre, en cuyos colores van inscritos lemas de paz, de trabajo y
de unión; no arriarla nunca, ni ante la ambición de los mal nacidos, ni ante la
perfidia, ni aun bajo al asechanza del crimen; en suma, para desarrollar una
Administración beneficiente, liberal y honrada, mantener siempre firmes la voluntad
y el corazón.
Tal ha sido, Ciudadanos Plenipotenciarios, el aspecto político del
año administrativo que hoy termina. El Presidente de la República y el
Presidente del Consejo al entregaros el ejercicio del Poder, se retiran
convencidos de que todas vuestras deliberaciones van a preparar largos años
felices para la Patria.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
J. GIL FORTOUL.
Caracas, 19 de abril de 1914.
(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939,
Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 63-65).
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