MENSAJE QUE EL CIUDADANO DR. JUAN BAUTISTA PÉREZ
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA
PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL EN 1931.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
Vuestra reunión constitucional en Cámaras Legislativas es
acontecimiento de significación dentro de la normalidad de nuestras
instituciones políticas. Permitidme que os salude con ardiente y viva
satisfacción partidaria, pues es del seno de la Gran Causa de la Rehabilitación
Nacional de donde ha surgido este estado de cosas beneficentes e inconmovible.
Mi exposición será sucinta y contendrá sólo los puntos más
resaltantes de la administración. En las Memorias que os presentarán, en este
mismo acto, los Ministros del Despacho encontraréis detallados todos los actos
efectuados durante el año de la cuenta.
Cuando depresiones económicas, turbulentas ambiciones y
descarriadas ideologías han lanzado a otros países a reivindicaciones
peligrosas, Venezuela se ha mantenido en paz, gozando, dentro del orden más
absoluto, de las conquistas que firmemente y sin un paso hacia atrás, vienen
realizando desde hace veintidós años el cerebro y la mano dirigentes del
Benemérito General Juan Vicente Gómez.
Un acontecimiento extraordinario, el Centenario de la Muerte del
Libertador, magno suceso que la grandeza de Bolívar proyectó fuera de los
límites del País, en apoteosis insólita por lo unánime y fervorosa, ha sido la
piedra de toque para hacer resaltar, de modo luminoso, la solidez de nuestra
situación económica y la perfecta compenetración de gobernantes y gobernados que
hace la felicidad del pueblo venezolano. Conscientes de la labor y de los
sacrificios que nos pide nuestro gran pasado histórico, hemos mantenido en su
celosa integridad nuestra soberanía; hemos conservado los hábitos y costumbres
que hacen de nuestro pueblo uno de los más libres y altivos de la América; y
nos enorgullecemos de continuar moldeando en el crisol de la democracia, uno de
los conglomerados humanos que seguirá dando días de gloria y ocasiones de
insólitos triunfos en los anales de la civilización hispano-americana. Ya no se
pone en tela de juicio nuestra cordura ni se nos cierran con presagios funestos
los caminos del porvenir. El pueblo que, por insinuaciones del General Gómez,
del eminente hombre público que garantiza la tranquilidad social al frente del
Ejército Nacional, cancela de una vez su Deuda Externa, es un pueblo llegado a
la virilidad de sus destinos. Todo sea en honra y prez de la Causa
Rehabilitadora y de su insustituible Conductor.
Fue ciertamente feliz aquella insinuación, que, acogida y
realizada por los Altos Poderes Nacionales, ha colocado muy en alto el nombre y
el crédito de nuestra República; y pide tributo de reconocimiento hacia el
austero ciudadano, cuyo nombre ha dejado de ser factor accidental de nuestra
política para asumir el carácter de fórmula nacional de regeneración y de
progreso, ya que al favor de su energía incontrastable y de su autoridad
indiscutible ha renacido entre nosotros el espíritu público, externado ahora en
la unánime propensión a conciliar en la paz y en el trabajo las legítimas
aspiraciones del individuo y las necesidades supremas del orden social.
Estabais todavía dedicados a vuestras importantes labores
legislativas, cuando os tocó en suerte iniciar la conmemoración del Centenario
de la muerte de Sucre en Berruecos. El Ejecutivo os acompañó en los actos que
dispusisteis con tal motivo. Dijérase que, juntos en la Gloria, Bolívar y Sucre
debían ir unidos a la posteridad, purificados por el martirio. La noble figura
del vencedor en Ayacucho recibió así el homenaje del pueblo venezolano, a
tiempo que éste se preparaba para consumirse en llamaradas de ardiente devoción
ante la tumba del Padre de la Patria.
Luego otro suceso histórico, el de la reconstitución de la
República en 1830, vino a pedirnos recordación y homenaje en el primer
Centenario de su acaecimiento. El Gobierno dispuso varios actos, entre los que
sobresalió la inauguración de la estatua del sabio humanista Don Andrés Bello,
con la que Venezuela ha pagado una deuda de gratitud que la honra ante propios
y extraños.
Al contestar, en el pórtico del nuevo año, las felicitaciones de
los funcionarios públicos, hice lleno de orgullo un recuento de los actos con
que el gobierno y el pueblo de Venezuela conmemoraron el Centenario de la
Muerte del Libertador, cuya figura ha ido creciendo hasta alcanzar el prístino
relieve con que se le admira entre los héroes de contenido y significación
universales. Bolívar, dije, es la personificación de Venezuela ante el mundo; y
los insólitos homenajes tributados a su memoria, se reflejan con luz
imperecedera sobre el país de su nacimiento. No tengo frases para encarecer al
pueblo venezolano, indeleble por el glorioso hijo de Caracas. Esas
demostraciones espontáneas, esas ofrendas al guerrero, al patriota y al
legislador, tocarán en todo tiempo las fibras más sensibles del alma venezolana.
En sólida y artística urna de bronce, tal como había sido previsto
por el vigilante patriotismo del General Juan Vicente Gómez, en su Decreto de
31 de diciembre de 1912, reposan desde el 17 de diciembre último sus cenizas
sacrosantas, bajo la cúpula del antiguo templo de la Trinidad, reconstruido por
el Gobierno de la Nación. En las Memorias de los Ministros del Despacho
Ejecutivo encontraréis detalles de las inauguraciones y ceremonias conque
Venezuela quiso hacer perdurable, marcándola en el tiempo con hito
resplandeciente, la gran fecha de la América y del Mundo.
En los días 18 y 19 de diciembre el Ejecutivo se trasladó a la
ciudad de Maracay, residencia del Comandante en Jefe del Ejército, para
presidir en unión del Ilustre Caudillo los diversos actos que en Programa
Oficial señalaban su cooperación directa, su empeño tenaz en pro del progreso
de la Nación y el reflejo de su culto alerta y constante por el Libertador y
sus tenientes en la gesta emancipadora.
El Ejército que el General Gómez presentó en la llanura de
Carabobo, haciéndole guardia al grandioso monumento que la República erigiera
allí por indicación suya y bajo su hábil y acertada vigilancia, es un orgullo
de la Venezuela rehabilitada. Dotado de todo lo necesario para su eficiencia de
guardián de nuestras instituciones; y formando en las severas disciplinas de la
lealtad y del honor, sobre él descansan el presente venturoso y el porvenir
risueño de la Patria. Cumplido sobre aquel pedazo de tierra sagrado un deber
que nos imponía con grave sugestión el recuerdo del magnífico hecho de armas
que selló allí el proceso de nuestras luchas por la Independencia, fueron luego
inaugurados en la ciudad de Maracay, la plaza y la estatua de Bolívar,
noblemente embellecidas por el arte; la estatua del General Páez, frente al
imponente Cuartel construido y destinado al arma predilecta del Caudillo
apureño, cuya sombra se pasea en medio de imborrables recuerdos por la capital
de Aragua; el Hotel Jardín, centro por su lujo y capacidad, de futuras empresas
de turismo, que harán francas nuestras excelentes vías de comunicación,
acrecentadas de año en año; la gran Clínica, dotada de todos los adelantos
modernos de la ciencia; el Cuartel de Infantería, de notable belleza
arquitectónica; los nuevos hangares y el puerto para hidroaviones en la laguna
de Valencia, comunicados por una excelente carretera a la ciudad de Maracay.
En Caracas se erigieron los siguientes monumentos: uno al General
José de San Martín en plaza especialmente construida en la Avenida de su
nombre; otro al Fundador de Caracas, Diego de Lozada, en plazoleta dedicada al
efecto. La cabeza de José Martí se colocó en artístico monumento en la plaza de
Altagracia, reformada para este fin.
Asimismo fueron reconstruidos para las conmemoraciones del
Centenario, el Panteón Nacional, de manera de hacerlo digno del sagrado
depósito que guarda; el Teatro Municipal, la Casa Amarilla, la Universidad
Central, el Paseo Independencia, el Acueducto del Polvorín y del Seminario, y
el Hospital Vargas.
En el ramo de Puentes fueron inaugurados el Puente colgante de
acero “Libertador” sobre el río Torbes, Estado Táchira, con ciento setenta y
dos metros con setenta centímetros de largo; el Puente colgante de acero
“General Juan Vicente Gómez” en las cercanías de El Sombrero, sobre el río
Guárico, con ciento veinticinco metros de largo; treinta y seis puentes más y
doscientos cincuenta y un pontones; y muchas otras obras inauguradas en todo el
territorio de la República, de que os dará cuenta el Ministro del ramo,
llevadas a cabo en la realización del programa de obras públicas concebido por
el Gobierno Nacional y sin precedentes en los anales de la Nación.
Venezuela puede sentirse orgullosa del modo cómo cumplió en esa
ocasión con la memoria del Grande Hombre. Unido su nombre al de Bolívar, con
una nueva conciencia de su personalidad y un nuevo sentimiento de sus
obligaciones, la República se ha fortalecido en la prueba insólita, acentuando
su soberanía libre e independiente entre los pueblos de América.
Con fecha 11 de agosto del año pasado dicté un Decreto creando el
Ministerio de Salubridad y de Agricultura y Cría, fundándome para ello en la
importancia y desarrollo que han alcanzado todos los ramos de la Administración
Pública. El nuevo organismo impulsa la Sanidad Nacional, creada sobre bases
científicas por el Benemérito General Juan Vicente Gómez; y contribuirá, por
los medios más eficaces y adecuados, a incrementar la agricultura y la cría, y
a implantar con el turismo una fuente de ingresos para e1 Tesoro Nacional. El
ejemplo personal del General Gómez, quien no desmaya un solo momento, como
hombre de trabajo, en mejorar los cultivos y seleccionar las crías, es un
poderoso incentivo para la ordenación y acrecentamiento de las labores del
nuevo Despacho administrativo.
Las labores de este Ministerio se han iniciado por medio de
trabajos preliminares para la instalación de un granja de demostración en
Maracay, y se ha insistido con las autoridades competentes, para la
organización de granjas modelos en los Estados y para que sean enviados a la
escuela de demostración antes dicha dos jóvenes que, por cuenta de cada una de
las Entidades Federales, hagan sus estudios técnicos, con el fin de que más
luego regresen a sus regiones, a trasmitir aquellos conocimientos y a ponerlos
en práctica. Asimismo se han practicado las gestiones necesarias para la
inmigración de elementos de orden, sanos, bien seleccionados y aptos
principalmente para trabajos agrícolas, y se prepara el establecimiento de una
colonia modelo en San Jacinto, Estado Aragua.
El Libro Amarillo os impone al pormenor de la universidad y la
espontaneidad con que todas las Naciones han consagrado la grandeza
irresistible de Bolívar, haciendo justicia a la permanente actualidad de sus
ideales, a su perseverancia, a la rectitud de su espíritu, a la inagotable
magnanimidad de su alma. Ya en actos colectivos como en la Sociedad de las
Naciones y en la Unión Panamericana, ya en innúmeros homenajes individuales,
que han juntado en un mismo espíritu a los Gobiernos y a los pueblos, se le han
rendido al Libertador los más valiosos homenajes, hasta constituir la
conmemoración de su muerte, como os dije anteriormente, la más extraordinaria
apoteosis que se haya jamás rendido a una gran figura humana. Con sentimientos
de la más viva solidaridad, hemos tomado nota de tales homenajes, tanto más
apreciados de nosotros, cuanto, siguiendo un plan de discreta conducta,
inspirada en la naturaleza de la conmemoración y en las circunstancias de
trabajoso reajuste por que pasa el mundo, no se hicieron invitaciones
especiales para los actos que se realizaron en nuestro territorio, pero sí se
puso a nuestros Representantes en el Exterior en posibilidad de afrontar las
exigencias que imponía nuestra condición de Patria nativa de Bolívar.
El viejo asunto de la reclamación llamada de Martini quedó
definitivamente liquidado con la sentencia del Tribunal Arbitral, constituido
al efecto por el tratado con Italia de 21 de diciembre de 1920. En la Memoria
del ramo se os da conocimiento del fallo. El resultado ha sido favorable en
conjunto a las gestiones que hicimos ante los árbitros, no teniendo la
República que pagar nada en concepto de indemnizaciones. Puntos secundarios de
la sentencia de 1905 no obtuvieron la aprobación de los árbitros; circunstancia
que no afecta el resultado general del litigio. Venezuela, que ha honrado
siempre la firmeza de las sentencias arbitrales, y que las ha cumplido en todos
los casos, aún cuando no fueran favorables a sus tesis y a sus probanzas,
considera cumplido previamente el compromiso.
La inauguración de la estatua de Henry Clay, obsequio del pueblo
de los Estados Unidos al de Venezuela, ha sido excelente oportunidad para
mostrar los sentimientos de cordialidad y aprecio que unen a las dos
Repúblicas. Las ceremonias fueron solemnes y los eminentes miembros de la Embajada
especial de los Estados Unidos pudieron apreciar la sinceridad unánime de la
estima con que se ha recibido el obsequio y con que será guardado en la plaza
que lleva el nombre del Apóstol de la independencia y la libertad continental.
Cancelada la Deuda Externa por un monto total de veinte y tres
millones setecientos cincuenta y siete mil seiscientos treinta y cuatro
bolívares seis céntimos (Bs. 23.757.634,06) quedó reducida la Deuda Pública de
la Nación a la Deuda Nacional Interna Consolidada del 3% anual, cuyo monto era
de veinte y seis millones cuatrocientos ochenta y siete mil setecientos
cuarenta y un bolívares ochenta y seis céntimos (Bs. 26.487.741,86), para el
día primero de enero del año en curso.
Lo erogado durante el año de la cuenta para atender al servicio de
las Deudas alcanzó a veinte y seis millones setecientos treinta y ocho mil
novecientos setenta y siete bolívares noventa y siete céntimos (Bs.
26.738.977,97), así:
Para el 14 de abril del corriente año los Fondos de Reserva del
Tesoro Nacional estaban constituidos por una existencia en Caja de Bs.
44.910.092,49, así: en el Banco de Venezuela Bs. 43.250.642,93; en la Tesorería
Nacional Bs. 1.659.449,56; después de cubiertos en lo transcurrido del año
económico actual los gastos autorizados por la Ley de Presupuesto General de
Rentas y Gastos Públicos, y no obstante las crecidas erogaciones de carácter
extraordinario efectuadas durante el año de la cuenta para atender a diversas e
importantes necesidades de la Administración, principalmente las causadas por
la conmemoración del Centenario de la Muerte del Libertador.
El Despacho de Fomento ha consagrado eficaz laboriosidad al
incremento de las fuentes de riqueza nacional que abarca la acción
administrativa a él encomendada, ejerciéndose principalmente un activo y
constante control, técnicamente reglamentado, sobre nuestra producción
petrolera, que continúa siendo la segunda en importancia de los mercados
mundiales con un total de 20.153.912 toneladas, lo que acusa un aumento de
308.976 toneladas sobre la producción del año de 1929.
El ramo de Correos, tanto interno como internacional, ha
experimentado notable mejoramiento con la actividad de las líneas que,
funcionando con toda regularidad, prestan sus servicios al respecto, y nuestro
sistema inalámbrico se ha acrecentado, en eficacia técnica, con el servicio
regular de una poderosa estación costanera en Maiquetía y culminará con la
comunicación directa, telegráfica y telefónica, de Venezuela con Europa, merced
a la potente estación que actualmente se está instalando en Santa Rita. Iguales
consideraciones cabe aquí hacer con respecto al ramo de telégrafos nacionales,
cuyo funcionamiento continúa desenvolviéndose en forma notoriamente progresiva.
Ha continuado sin interrupción la buena marcha general de la
Instrucción Pública en sus múltiples actividades, junto con un impulso
creciente prestado con tesonera labor a todo aquello que tienda a la cultura
nacional.
Para atender a la ingente necesidad de propulsar la enseñanza
primaria obligatoria se dispuso la creación de varias escuelas en diversos
caseríos de la República que poseen la población escolar requerida para estos
casos.
En todos los institutos de educación de la República fue
conmemorado el primer Centenario de la Muerte del Libertador de la manera más
solemne, como el patriótico motivo lo requería. En muchas localidades fue
inaugurado el busto del Libertador y en gran número de planteles se erigió el
retrato de Bolívar como un homenaje tributado por los niños escolares.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
La fórmula de paz y de trabajo, que es la norma fundamental de la
Causa de la Rehabilitación Nacional, ha dado a Venezuela un puesto envidiable entre
las Naciones prósperas y cultas. No existe entre nosotros la clase numerosa de
los sin trabajo; la índole de nuestro pueblo, afecta al bien y a las realidades
concretas de la vida, lo mantiene alejado de las luchas sociales que incitan al
crimen y a la revuelta. Ha pasado ya, desacreditada por completo como recurso
de mala ley, la propaganda que escasos malos hijos de la Patria sostenían en el
extranjero contra el actual régimen político. El espantajo de la revolución no
entenebrece ya los sueños de la gente crédula y asustadiza. El Gobierno de la
Rehabilitación, inspirado en las sabias normas de la Causa, promete, para
salvaguardia de esta bonancible situación, continuar como hasta hoy,
protegiendo el trabajo, incrementando las industrias, defendiendo las garantías
ciudadanas, y cooperando lealmente, guiado por sus obligaciones
internacionales, al logro de los ideales de confraternidad, de paz y de
justicia, que piden hoy con mayor ansia que nunca todas las naciones cultas de
la tierra.
Cuando la ley impera; cuando el ciudadano se siente protegido en
sus derechos, y le es, por consiguiente, tarea fácil y grata el cumplimiento de
sus deberes; cuando no hay opresores ni oprimidos, sino miembros de una sola
familia espiritual, la Patria deja de ser una abstracción para caer en los
dominios de la realidad. Tal es el caso de la Venezuela de hoy, concreción
tangible del sueño de los Libertadores. Al través de una constante evolución
ella ha venido formando y definiendo su carácter hasta tocar su actual meta de
permanente realización, debido únicamente al impulso personal y vigoroso que
llena toda una época, y caracteriza con su influencia el nombre y la obra del
General Juan Vicente Gómez.
Al esperar vuestro fallo justiciero, hago cordiales votos por
vuestra ventura personal y por el éxito de vuestras labores del presente año.
Podéis estar seguros de encontrar a toda hora la cooperación del Ejecutivo, en
la obra común que realizáis por el decoro de nuestras instituciones y la
prosperidad y grandeza de la Patria.
J. B. PÉREZ.
Caracas, abril de 1931.
(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939,
Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 239-246).
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