MENSAJE QUE EL DOCTOR VICTORINO MÁRQUEZ BUSTILLOS
PRESIDENTE PROVISIONAL DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE VENEZUELA
PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL EN 1921.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
Os saludo con efusión sincera, y al observar esta pauta
establecida por la cortesía oficial, os congratulo también por vuestra
instalación, precisamente en la gran fecha del 19 de Abril, el día que lo
ordena nuestra Carta Fundamental.
Desde luego os auguro una legislatura fecunda en todo linaje de
bienes para vuestros delegatarios: las Entidades políticas y los pueblos que os
ungieron no hace mucho con la mayoría de sus sufragios.
A la verdad, este pronóstico no lo formulo únicamente por el vivo
sentimiento de compañerismo que me hace ver en cada uno de vosotros el
militante fidelísimo en las filas de la Causa a que estáis adscritos por firmes
convicciones, pues a más de ese inequívoco testimonio del éxito que alcanzaréis
en vuestra ingente labor, tengo la seguridad de cómo ejerceréis cabalmente
vuestro mandato en virtud de otras cualidades excelentes que concurren en
vosotros: la versación en la ciencia del Gobierno, la aptitud para interpretar
las necesidades públicas y contribuir a satisfacerlas, el celo para mantener
sin menoscabo las libertades y los derechos consagrados en nuestras
instituciones democráticas, y el fervoroso amor a la Patria, característico en
todos vosotros.
Debo no poco a la fortuna, revelada en el generoso concurso que me
ha prestado con inagotable solicitud el Jefe de la Rehabilitación, Benemérito
General Juan Vicente Gómez, la circunstancia de que se me presente nueva
ocasión de venir ante los Representantes de la Soberanía Nacional a darles
cuenta de los actos administrativos y políticos del Ejecutivo Federal durante
un año más de Gobierno: de otra jornada rendida, ciudadanos Senadores y
Diputados, con la Ley como guía, el Deber por numen y la consecuencia a toda
hora y en toda eventualidad a un voto íntimo que hice en este mismo augusto
recinto simultáneamente con el juramento que presté al asumir el alto' cargo
que invisto: no faltar nunca, ni siquiera con fantaseos de la imaginación, al
religioso cumplimiento de los compromisos muy solemnes que tengo contraídos con
mi Causa y con su Jefe, el fundador y el brazo de la Venezuela Rehabilitada.
Sé bien cómo esos méritos -y no otros que sería necedad alardeara
yo ostentar en vuestra presencia- son los que tomaréis en consideración para
fallar acerca de lo actuado por la Presidencia Provisional de la República. Y
no es menor el convencimiento que abrigo de cómo los austeros miembros del
Congreso de mi Patria, el selecto auditorio que se destaca en esas tribunas y
el público que me oye desde las barras -formado de patriotas sensatos- no
tacharán de falaces mis palabras, ya que sólo he cuidado de traducir en éstas
el lenguaje de la verdad y prescindido de adornar frases con pompas retóricas,
recurso a que de consuno ocurrieron la petulancia y la vacuidad de los
Gobiernos cuyo arbitrio fue engañar al pueblo.
Sabéis cómo durante más de doce años las Administraciones que se
han sucedido hasta hoy han tenido por única profesión de fe política el conciso
pero magnífico Programa de Diciembre; y cómo, cada vez que el patriota autor de
ese sabio documento y quienes recogemos el fruto espléndido de su labor hemos
comparecido ante nuestros jueces legítimos, no mostramos en el Haber de esas
Administraciones solamente unos pliegos de papel recargados de cifras y con el
recuento de un centón de Decretos expedidos para que los ejecutara la polilla
de los archivos. Es cierto que consignamos en nuestros Mensajes números y
también disposiciones gubernativas, pero en aquéllos las palabras nunca han dejado
de tener comprobación exacta en los hechos; y no está lejano aquel 29 de abril
de 1913 en que el General Juan Vicente Gómez, después de haber cubierto casi
todos los compromisos de la República -triste y oneroso legado que le dejaron
Gobiernos anteriores-, de haber hecho frente a los cuantiosos gastos que
ocasionó la celebración del Centenario de nuestra Independencia, de haber
comprado la mejor nave de guerra que posee nuestra Armada y de haber erogado
sumas muy crecidas para construir carreteras, se irguió aquí para consignar en
breves párrafos que había depositados en las Cajas del Erario más de TRECE
MILLONES: los millones que merced a su celo se han multiplicado y son hoy la
base inconmovible de nuestro crédito envidiable en los mercados del mundo y
nuestra holgada existencia económica, y si espaciamos la mirada, no sólo por el
lapso de tiempo que abarca esta Cuenta, sino desde las postrimerías del 1908
hasta ahora, seguro estoy de cómo no se fatigarán vuestros ojos y de cómo
confirmaréis los fallos con que los legisladores que os precedieron
galardonaron la magnitud y la calidad de la obra realizada. Esa época, cuyo
transcurso es muy corto si se la compara con la extensa sucesión de años que
dejó en pos de ella, es tan copiosa en actividades y en éxitos administrativos
como lo fueron en agitaciones políticas las épocas anteriores. Dan fe de esto:
millares de kilómetros de vías de comunicación tendidas en todo el territorio
patrio; ciudades y campos antes postrados a la vera de malos caminos tornándose
en emporios con la facilidad del tráfico; empresas industriales de aliento
fundándose y produciendo riqueza y trabajo para todos, con dinero nacional y no
con capitales extranjeros que vinieran a extraer del sudor del pueblo
venezolano el siete por ciento de interés anual que se les garantizaba; los
rebaños multiplicándose en sus pasteaderos sin que la gavilla del abigeo o del
guerrillero los diezme; los terrenos agrícolas produciendo el máximo de sus
cosechas; el producto de la honrada labor del jornalero sirviendo al sustento y
a la comodidad de su casa y redimido de pagar tributo a la turba de caciques
cuya impunidad respaldaban caudillos y políticos sin conciencia; muchos
millones pagados para redimir nuestro crédito, y esto sin ocurrir al expediente
de los empréstitos usurarios facilitados por banqueros europeos; seriedad y
sabiduría en nuestras relaciones exteriores y política internacional decorosa;
inversión correcta de los dineros con que el pueblo contribuye al sostenimiento
del Estado; organización moderna del sistema tributario; difusión de la Escuela
primaria hasta en los más humildes caseríos del país; creación de la Sanidad
Nacional sin omitir gastos en ese sentido; reforma del Ejército y estricto
cumplimiento de la Ley de Formación y Reemplazo de Fuerzas; explotación en
grande escala de las riquezas minerales que abundan en nuestro territorio;
establecimiento de la aviación y de la telegrafía inalámbrica; fundación de
hospitales en varias ciudades que carecían de éstos; recolección de toda clase
de armas, porque éstas en manos de particulares sólo servían para propagar el
crimen; obligación al trabajo de cuantos vagos y viciosos pululaban en nuestros
centros y en nuestros campos; fomento de la inmigración con medidas que la
hagan eficaz; y muchas conquistas más de orden administrativo, de bien
entendida política y de moral pública que forman, ciudadanos Senadores y
Diputados, el Haber de los Gobiernos rehabilitadores. A la verdad que éste, si
lo comparamos al enorme Débito que contrajeron con la sociedad venezolana los
Gobiernos que rigieron el Estado desde 1830 hasta 1908, deja en nuestros
espíritus y en nuestras conciencias de servidores la muy íntima satisfacción de
cómo hemos sabido cumplir esforzadamente con los deberes que nos impone el patriotismo!
En esa virtud, no miento ni digo lisonjas como tampoco me atribuyo
méritos que no son míos, si asevero desde este sitial que los doce años de los
Gobiernos de la Rehabilitación constituyen el verdadero progreso del pueblo
venezolano y la auténtica gloria del General Juan Vicente Gómez.
Es él quien lucha de frente a dificultades que se tenían por
insuperables y es él quien las supera para fundar sobre un suelo convulso por
las pasiones de los unos y deleznable por la indiferencia de los otros, sobre
cimientos perdurables el majestuoso edificio de la Nación fuerte y regenerada,
de la Nación venturosa por la cual soñábamos a través de situaciones siempre
oscilantes entre los extremos de la turbulencia o del terror y cuando no
regidas por sistemas débiles despotizadas por brutales tiranías. Merced a su
voluntad poderosa, pero nunca rebelde a los dictados de la mente sana que la
impele, los venezolanos pospusimos viejas rencillas banderizas, odios lugareños
y ambiciones desatentadas para aportar a la obra que al presente nos admira,
toda la energía que malgastábamos en las intrigas de una política bastarda cuya
secuela era, infaliblemente, la matanza en las guerras civiles. Es el General
Juan Vicente Gómez a quien debemos reconocimiento y fidelidad por su
consagración al bien colectivo, y negarle el contingente de nuestros esfuerzos
sería la más incalificable de las insensateces, pues él sólo lo reclama para
continuar dándonos una paz fecunda y trazándonos el camino que conduce al pleno
ejercicio de la Libertad en el seno del orden, que es el objetivo hacia el cual
marchan todas las jóvenes democracias latinoamericanas.
Si puedo daros cuenta de la apreciable labor a que voy a
contraerme en la parte narrativa de este documento, no se escapa a vuestra
ilustrada inteligencia y tampoco deja de comprenderlo el Gobierno que presido,
la causa a que debo tan alta fortuna. Ya desde abril de 1915 vengo disfrutando
de idéntica suerte y también desde entonces he proclamado ante el Congreso, de
manera tan categórica como lo hago en este momento, que si he desempeñado
airosamente mi arduo cuanto honroso encargo es porque no me ha faltado el
consejo experto ni la siempre atinada intervención del General Gómez en las
constantes ocasiones en que los he solicitado.
He continuado en ejercicio de la Presidencia Provisional, porque
el eminente Ciudadano, electo Presidente Constitucional de la República, ha
permanecido al frente del Supremo Mando Militar que le confirieron los
Plenipotenciarios de 1914. Pero también soy como vosotros un servidor de la
Causa, y así como os corresponde darla vuestro contingente de patriotas desde
esas curules, a mí me ha correspondido aportar a ella el contingente de cuantos
esfuerzos he podido ofrecerla desde el sitial que ocupo. Mi puesto de militante
en las filas de la Rehabilitación es al presente el mismo que fue en los días
genésicos de Diciembre, y hoy, investido temporalmente con la dignidad de
Primer Magistrado Civil de Venezuela, como mañana al descender de este elevado
empleo para ocupar otro de menor rango o ninguno, seré siempre el entusiasta
luchador entre esas filas, que escucha las indicaciones del Jefe que las rige,
Benemérito General Juan Vicente Gómez, para acatar1as como se lo imponen el
deber, la fidelidad a la palabra empeñada y los más puros sentimientos de la
gratitud.
Consecuencia necesaria de la disciplina que todos observamos como
hombres de Causa, es la paz que impera del uno al otro confín del país. En vano
unos pocos, que entienden la política no como la ciencia de gobernar
atinadamente para mantener el sosiego y la seguridad pública, sino como tráfico
para feriar dignidades, empleos y negocios pingües, se han ido al extranjero a
fomentar revueltas. Estos, lo más que han logrado en su destierro voluntario es
parodiar a aquel femenil Señor de Granada que no supo defender las delicias de
su reino como hombre. En publicaciones oficiales que conocéis, consta cómo la
última de esas revueltas, encabezada por el general Peñaloza, lo que obtuvo por
resultados fue: comprobar una vez más que las fuerzas vivas de Venezuela están
adscritas a la Rehabilitación Nacional y dejar en pos de sí un rastro de sangre
y de pillaje. Bien escarmentados los torpes ejecutores de la revuelta vencida,
y actualmente sufriendo sus promotores en Europa el más decisivo de los
fracasos, seguro debe estar el laborioso y honrado pueblo venezolano de cómo no
verterá una gota de sangre más en defensa del orden.
Las relaciones del Ejecutivo Federal con los Estados de la Unión
se han mantenido en un ambiente de absoluta cordialidad y se deriva
naturalmente de esto un desarrollo amplio de la acción gubernativa y un
aprovechamiento eficaz de los expertos consejos que el Benemérito General Juan
Vicente Gómez, en su carácter de Jefe de la Causa, da a los encargados de las
altas públicas seccionales.
En el Distrito Federal, confiado al buen Gobierno del íntegro
Magistrado que viene ejerciendo esta autoridad con tino y consagración muy
plausibles, los servicios municipales se llevan a cabo con estricta
regularidad, tal como quedó comprobado en la cuenta que rindió el General Juan
C. Gómez en enero próximo pasado, ante el Cuerpo competente para conocer de sus
actos.
Las Juntas de Inscripción que establece el artículo 13 de la Ley
de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar, se reunieron en la fecha
que la misma Ley les demarca, y la inscripción se verificó en todo el
territorio de la República, demostrando así la completa normalidad que priva en
el régimen nacional. De la misma manera se ha llevado a efecto el proceso
eleccionario para los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Municipal, cuya
renovación se efectuó libremente y en los lapsos prescritos por la Ley.
Los acontecimientos desgraciados de que fue víctima el Reino de
Italia en el segundo semestre del año último, tuvieron repercusión en el pueblo
venezolano, como que la clásica patria latina goza en nuestro suelo de
vinculaciones y raigambres. A iniciativa del Benemérito General Juan Vicente
Gómez, el Ejecutivo se asoció a la pena del pueblo italiano acordando la
contribución de cien mil liras, que fueron puestas a disposición de la Junta
Italiana de Socorros establecida aquí, para aliviar la suerte de los
damnificados con el terremoto. Esto demuestra que los sentimientos humanitarios
del General Juan Vicente Gómez, como los anhelos del Gobierno Nacional, están
prestos a traducirse en auxilio oportuno donde quiera que haya una desgracia
que remediar, o un servicio que hacer a las naciones que están vinculadas a la
nuestra por los nexos de la tradición o de la raza.
El celo con que el Benemérito General Comandante en Jefe del
Ejército tiende a mantener siempre el brillo de la carrera de las armas,
inspiró el oficio que el Departamento de Guerra y Marina dirigiera al de
Relaciones Interiores sobre el reconocimiento del valor de los grados militares
y el mérito de los servicios prestados en las filas del Ejército activo, a
efecto de evitar el uso indebido que se hace de aquellos grados por personas
que no tienen los títulos requeridos. Y esa corruptela de tiempo atrás
establecida en la República empieza a corregirse ya, puesto que las autoridades
contribuyen a despertar en la conciencia individual el sentimiento de cómo el
título de ciudadano es la más gallarda presea de nuestra democracia, sin que
deban añadirse graduaciones militares a personas que no las hayan adquirido en
conformidad con las disposiciones establecidas en el Código Militar.
La labor constante del Ejecutivo Federal en cuanto a la autonomía
de las Municipalidades, se ha mantenido siempre encaminada a recordar a los
Presidentes de los Estados que los impuestos y contribuciones deben hallarse en
concordancia con las bases fundamentales de nuestra Constitución, a efecto de
que desarrollándose ampliamente las industrias y el comercio, haya una debida
protección hacia el trabajador honrado y un apoyo eficaz para todo aquel que al
fomentar las fuentes de la riqueza interna aumenta la contribución del Fisco
que se devuelve al pueblo en obras de positiva utilidad.
Cumplidos los requisitos impuestos por la Ley de Patronato
Eclesiástico, se dio el pase legal a las bulas pontificias concernientes a la
institución canónica del Ilustrísimo señor Arturo Celestino Álvarez como Obispo
Coadjutor de Calabozo, y luego se verificó su traslación a aquella ciudad
cuando Monseñor Marcos S. Godoy fue a ocupar la Sede del Zulia, llenas también
estrictamente, respecto a este prelado, las disposiciones de la Ley de
Patronato.
Como efecto de la paz garantizada a la República, el movimiento de
su desarrollo se ha manifestado, como en otros sentidos, en las Oficinas de
Registro, en las cuales se han multiplicado las protocolizaciones y se ha dado
lugar a resoluciones de puntos dudosos en la aplicación de las leyes
respectivas.
La ingente importancia de la Sanidad Nacional ha sido motivo de
constante y especial atención. Siguiendo las miras con que ampliásteis en la
última Ley de Presupuesto los recursos de la administración de este ramo, no se
han economizado los gastos indispensables a este vital servicio, y son muy
satisfactorios los resultados que se van obteniendo en tan ardua labor.
Venezuela ha procurado cultivar a todo trance la paz y la amistad
con las demás naciones, y en este sentido mencionaré el canje, verificado el 12
de febrero último, de las ratificaciones del tratado que el 21 de marzo de 1914
fue celebrado con los Estados Unidos para estrechar los lazos de amistad que
unen a los dos países; y la ratificación, por parte de la República Argentina,
del tratado general de arbitraje celebrado en 22 de julio de 1911 con esta
República.
El Senado holandés aprobó en sus sesiones de enero de este año el
tratado para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los
Países Bajos y Venezuela y ya nombramos nuestro Enviado Extraordinario y
Ministro Plenipotenciario en Holanda, teniendo entre nosotros, acreditado con
igual misión al Excelentísimo Señor D' Artillac Brill. Testimonio inequívoco de
la cordialidad de estas relaciones diplomáticas lo constituye la reciente
visita que nos ha hecho el Excelentísimo Señor He1frich, Gobernador de la
Colonia holandesa de Curazao, quien ha sido justamente agasajado por el
Gobierno y pueblo venezolanos.
Se han negociado también tratados especiales: el de 3 de julio de
1919 con los Estados Unidos, sobre Agentes viajeros de Comercio -que ya
conocéis-, cuyo canje se efectuó e1 18 de agosto próximo pasado; y el acuerdo,
aún pendiente, con la República del Brasil sobre canje y revalidación de
títulos médicos.
Ha sido uno de los cuidados preferentes de la actual
Administración todo cuanto atañe al cultivo de las relaciones internacionales.
Aprobado como fue por el Congreso, en sus sesiones de 1920, la adhesión de
Venezuela a la Liga de las Naciones, y ratificada dicha adhesión, se nombraron
oportunamente los delegados correspondientes a ese importantísimo Cuerpo.
Los miembros de la Liga, de acuerdo con el artículo 23 del pacto,
proveerán el aseguramiento y mantenimiento de la libertad de comunicaciones y
el trato equitativo en cuanto al comercio de las naciones asociadas. Con este
motivo, el Gobierno de Venezuela ha nombrado su representante a la Conferencia
efectuada en Barcelona sobre libertad de comunicaciones y de tránsito, vías
férreas y fluviales, navegación marítima, etc., conferencia a la cual fue
oportunamente invitado. También lo fue para la Conferencia Internacional, cuya
fecha de reunión se ha diferido, convocada con el fin de considerar los
aspectos internacionales de la comunicación calográfica, telegráfica,
telefónica e inalámbrica, y de divulgar los mejores medios de comunicación
internacional sobre una base equitativa.
Fue asimismo representada Venezuela en el Séptimo Congreso de la
Unión Universal de Correos, reunido en Madrid el 1⁰ de octubre último; e invitada también a la Sexta Conferencia
Sanitaria Internacional de las Repúblicas Americanas, que debía celebrarse en
Montevideo en diciembre del año próximo pasado, nombró oportunamente a su
representante. Nuestro Delegado fue encargado a la vez de estudiar el servicio
de sanidad, las enfermedades del ganado y los métodos aplicables al desarrollo
de la cría en Venezuela.
Como alta manifestación de cordialidad de las naciones amigas, se
ha de recordar aquí la visita, hecha en junio de 1920, de los estudiantes de la
Universidad de Georgetown, con quienes venía el Director del Departamento
Español de dicha Universidad y Miembro de la Alta Comisión Internacional. En
los párrafos que dedico a daros cuenta de la labor efectuada por el Despacho de
Instrucción Pública, me referiré al asunto de manera menos sucinta.
Venezuela recibió las visitas de cortesía que le hicieron el navío
de guerra de Cleveland, de la marina de guerra de los Estados Unidos, y el
crucero Cambrian, de la marina británica. El crucero-escuela Juana de Arco, de
la marina francesa, también en cortés visita, permaneció unos días en nuestro
país, y su Comandante, Oficiales y Cadetes fueron recibidos con las
distinciones merecidas.
Anunciada como está la visita de Su Alteza Serenísima el Infante
Don Fernando María de Baviera y Borbón, ha patentizado esta circunstancia los
indestructibles lazos que unen los destinos de España con los de las Repúblicas
hispanoamericanas, en vista del alborozo con que Venezuela se ha aprestado a recibir
a tan distinguido huésped.
En el libro perpetuamente abierto de las glorias de Bolívar
consígnense nuevas fechas para eternizar su memoria. La Academia de la Historia
de Buenos Aires, consagró el 24 de julio de 1920 una sesión especial en honor
del Libertador. Otra gran República, hacia el otro extremo del Continente, le
ha rendido espléndido tributo. En el
Parque Central de New York fue erigida, el 19 de abril, la estatua de aquel
Creador de Patrias que el Gobierno venezolano ofreció a dicha ciudad.
Al referirme a este insólito homenaje, debo consignar aquí el
rendido por nosotros a Washington en la propia fecha insigne. De la
magnificencia del acto nada he de deciros porque la presenciasteis y
contribuisteis a darle brillo. Empero, cúmpleme declarar cómo desde el General
Juan Vicente Gómez -autor de la feliz idea de glorificar el recuerdo de aquel
héroe intachable- hasta el más insignificante de los venezolanos, ninguno deja
de admirar ufano en la Avenida consagrada con el nombre inmortal, la estatua imponente
de quien, como nuestro Simón Bolívar, conquistó la libertad de un mundo.
También he de referirme a las grandezas de la Madre Patria.
Venezuela se ha apresurado a concurrir a los actos rememorativo s de la marina
española. Al que celebró el descubrimiento del Estrecho de Magallanes
-organizado por el Gobierno de Chile- envió una misión especial, y al que
perpetuará la hazaña de Núñez de Balboa con una estatua a la entrada del Canal
interoceánico ha contribuido gustosa para la ejecución del proyecto.
El asunto relativo a los límites entre Venezuela y Colombia ha
seguido su curso, conforme a los trámites ordinarios, ante el árbitro elegido
por la Convención de noviembre de 1916. En la Memoria correspondiente
encontraréis los detalles respectivos y documentos ilustrativos de la cuestión.
Encontraréis igualmente en dicha Memoria pormenores concernientes
al estado en que se halla el asunto de las reclamaciones entre Italia y
Venezuela en cuanto a la liquidación de aquéllas, y en cuanto al compromiso
arbitral respecto del asunto Lanzoni-Martini. Asimismo lo relativo al arreglo
de las reclamaciones británicas.
Nuestra política comercial se ha desarrollado regularmente
conforme al programa que se trazó al ser creada la oficina respectiva. La
actual Administración no ha omitido gastos para fomentar los servicios de que
se ha hecho cargo aquella oficina, suministrándole medios de información y de
investigación para el estudio de nuestras riquezas y su divulgación comercial e
industrial. La diversidad de estas labores podréis apreciarla cual conviene en
la Memoria del Departamento del Exterior y otras noticias correspondientes en
las de Hacienda y de Fomento.
La organización actual del Departamento de Hacienda y los
resultados que en éste como en los últimos años presenta, son pruebas fieles de
los fecundos bienes obtenidos con el plan de reconstrucción nacional emprendido
y realizado por el General Juan Vicente Gómez. Abolido el antiguo sistema
financiero que consistía en percibir con la irregularidad de las contingencias
públicas la escasa renta de un exiguo patrimonio fiscal, se organizó la
Hacienda bajo el imperio de los principios de orden y de regularidad que se
infundieron a todos los servicios administrativos; y con un criterio sereno,
aplicando principios técnicos y enseñanzas de la experiencia, ideando leyes y
reglamentos propicios a la reforma fiscal, dirigiendo acuciosamente la labor
diaria, guiando la actuación autónoma de los diferentes servicios
administrativos, introduciendo cada día una mejora, se levantó el moderno
organismo fiscal, que tiene como sólidas bases de su estructura la estabilidad
de las rentas internas, la recaudación directa, puntual y completa de los
impuestos nacionales, el exacto y claro mecanismo de una contabilidad pública
que permite el cabal conocimiento y verificación de las operaciones fiscales,
una cuantiosa reserva monetaria suficiente para todas las emergencias y el
espíritu de una nueva legislación capaz de guiar seguramente al servidor del
Fisco y de mantener la Hacienda Nacional en armonía con la marcha económica y
las actividades progresistas de la nación.
Compendia la eficacia de esta organización la cifra de
104.887.329,60 bolívares a que llegó la recaudación de la Renta Nacional en el
año de 1920; suma que jamás había alcanzado la Renta, pues su promedio apenas
excedió los sesenta y dos millones en los diez años anteriores que son los de
mayor prosperidad económica y fiscal que hemos tenido; de estos ciento cinco
millones Bs. 40.396.194,52 corresponden a las rentas internas, producto
superior en Bs. 2.047.141,61 al del año anterior que alcanzó, deducida la
acuñación de ese año, un total de Bs. 38.349.052,91, lo que demuestra que ya se
ha conseguido la estabilidad de estas rentas; el resto de Bs. 64.491.135,08 es
el total de las entradas aduaneras, aumento increíble en un año que se
caracteriza por una de las crisis económicas más agudas que haya atravesado el
comercio universal, cuando todavía estaba halagado por la inusitada prosperidad
de todos los negocios que siguió a la larga postración de la guerra. En efecto,
la baja de los precios de nuestros frutos exportables, la suspensión de los
créditos comerciales y bancarios, la excesiva producción extranjera y la
imposibilidad de vender con utilidad nuestra producción nacional, hacían prever
que Venezuela se sumaría al grupo de países que han visto cerrar súbitamente
sus mercados y paralizarse todos sus negocios con el exterior; pero nuestro
comercio, honrando el crédito de su nombre, aceptó e importó todos los pedidos
de mercancías extranjeras que había hecho en años anteriores y formando con
todos sus elementos una sola entidad solidaria, hizo frente a la crisis y pudo
desenvolver acertadamente sus negocios, confiando en el porvenir que le
prometen seguro y halagador el orden, la paz y el progreso que garantiza la
Administración Nacional.
Los gastos públicos en este año alcanzan a la suma de
78.292.734,45 bolívares que deducidos del producto de la Renta dejan un
sobrante para el Tesoro Público de Bs. 26.594.595,15. El aumento en los gastos
es consecuencia del criterio que en esta materia guía a esta Administración,
que no eroga sino las sumas destinadas exclusivamente al funcionamiento regular
de los servicios públicos y que es pródiga en los gastos que tienen por objeto
cumplir el programa administrativo del Jefe de la Causa dotando constantemente
a la nación de cuantas son obras de civilización, progreso y decoro del
patriotismo; y así se destacan en este año, además de los gastos intensivos
para carreteras, puentes, acueductos, calles y demás obras públicas, las
grandes sumas empleadas en el establecimiento de la Aviación Militar en
Venezuela, del establecimiento de la telegrafía inalámbrica y en los
preparativos para celebrar dignamente el centenario de la Batalla de Carabobo.
Entre otros gastos uno de los principales es la suma de
8.970.473,42 bolívares empleados en los servicios de intereses, amortización y
gastos accesorios de la Deuda Pública. El valor de los títulos de Deudas
cancelados alcanzó en el año a la suma de Bs. 6.738. 987, 50, de modo que el 31
de diciembre de 1920 quedó nuestra Deuda Pública reducida a la suma de Bs.
131.627.351,03. Esta cantidad a la que sin apremios de ninguna clase ha quedado
reducido el valor nominal de nuestra Deuda Pública es el exponente más fiel del
persistente esfuerzo con que el Gobierno Nacional cuida del crédito y decoro de
la República.
La Alta Comisión Interamericana, organismo creado para realizar
los propósitos de unión económica de las naciones americanas que iniciaron los
Congresos Financieros, tenía en la Sección Venezolana un Cuerpo desligado de
nuestro organismo administrativo y sin facultades legales para hacer activas y
eficaces sus deliberaciones en la actuación del Gobierno Nacional. La
importancia alcanzada por los trabajos de la Alta Comisión y la urgencia de
contribuir a la realización de sus fines, indicaron la necesidad de dar a la
Sección Venezolana, como se hizo por Decreto de 8 de enero de 1921, el carácter
de un servicio de la Administración Federal, carácter con el cual podrá
laborar, adscrito al Departamento de Hacienda, por la uniformidad de las leyes
y reglamentos comerciales y la realización de los proyectos económicos y
financieros que tienen por objeto mantener a Venezuela en una más estrecha y
provechosa unión de intereses económicos con los Estados Unidos y las
Repúblicas latinas de América.
El Ejército y la Armada de la República se sostienen sobre el
mejor pie de disciplina, de orden y de unidad de acción, como consecuencia de
la fuerza moral que ha venido desarrollando en su personal el General Juan
Vicente Gómez, Comandante en Jefe del Ejército, quien, además, con su espíritu
esencialmente práctico, en la organización metódica de estas Instituciones, ha
venido asimilando lo que en las enseñanzas modernas de la guerra es adaptable a
nuestro carácter y de mejor aplicación en el territorio nacional.
La Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar,
entró en ejecución desde el primero de enero del corriente año. Todos los
trabajos relacionados con esa Ley se han venido efectuando regularmente, con la
eficaz colaboración de las autoridades de la República, apoyadas decididamente
por el sentimiento patriótico de los venezolanos. Tres mil conscriptos han sido
llamados a las filas como primer contingente para reemplazar a los soldados del
Ejército activo que han cumplido su servicio y éstos se encuentran a la fecha,
en su mayor parte, en las Unidades del Ejército a que han sido incorporados.
Es de evidente trascendencia la dotación que se ha hecho de un
Preceptor de Instrucción Primaria en cada Batallón. Con esta medida, los
soldados analfabetos, a la par que reciben la enseñanza militar y la cultura
física correspondiente, quedan sometidos a una intensiva preparación civil que
les haga capaces para el ejercicio de todos los actos de la vida ciudadana.
En el Mensaje presentado al Congreso en sus sesiones del año
próximo pasado se anunciaba, con relación al establecimiento de la Escuela de
Aviación Militar Venezolana cómo, “debido a la eficaz previsión del Benemérito
General Juan Vicente Gómez, Comandante en Jefe del Ejército Nacional, veríamos
surgir pronto de esa escuela de intrepidez y de noble emulación en el desprecio
al peligro, a los futuros héroes del cielo patrio”. Entonces no se contaba sino
con tres aeroplanos y apenas se habían iniciado los trabajos preliminares de
fundación de la Escuela. Hoy funciona ésta ya desde el 1⁰ de enero del año en curso en que fue inaugurada oficialmente,
integrada por un competente personal de instructores que se contrató con el
Gobierno de la República Francesa, por muchas naves aéreas de combate y de
enseñanza, todas de excelente calidad, por un número apreciable de alumnos que
han efectuado ya vuelos de ensayo bajo la vigilancia de sus maestros y por
todos los elementos materiales necesarios puestos a disposición de este
Instituto, y los cuales están de acuerdo con la capacidad de su personal
directivo y docente y con el espíritu de trabajo y de estudio que anima a los
jóvenes que allí se instruyen. De todo cuanto os informo al respecto, tendréis
comprobación inequívoca en los días del Centenario de la Batalla de Carabobo en
que serán inaugurados el magnífico edificio donde funciona la Escuela
actualmente y sus Departamentos anexos. El Ejército Nacional puede decirse que
cuenta ya con el apoyo y colaboración de tan moderno e importante servicio.
No era, en consecuencia, una promesa vana la que formulé acerca de
este grande adelanto alcanzado por nuestro organismo militar. El Decreto del 17
de abril de 1920 ha tenido cabal cumplimiento en menos de un año y no obstante
que para realizarlo era lógico pensar que tardaría mucho mayor transcurso de
tiempo. Más, para el incansable hombre de acción que ha logrado rehabilitar a
Venezuela en todos los órdenes de la actividad nacional, no existen horas de
tregua cuando dedica la mente y pone la robusta diestra al servicio de una
empresa que entre en sus nobles propósitos de mantener la paz pública.
Muy interesado el Gobierno en el mejoramiento de la vida del
soldado, ha establecido un plan de construcción de Cuarteles Modelos, estando
para terminarse el primero de éstos en la ciudad de Maracay.
Como consecuencia de la Ley de Comercio y Porte de Armas, tan útil
a la seguridad pública, y que tan beneficiosa ha resultado en la práctica para
la tranquilidad social, como de garantía de la vida individual, cuantiosa es la
cantidad de armas de fuego y armas blancas que han ingresado al Parque Nacional
recolectadas por los Gobiernos de las diferentes Entidades Federales.
Las unidades que componen la Armada continúan prestando eficaces
servicios, y el estado de los buques es por demás satisfactorio. El contrato
sobre arrendamiento del transporte Zamora a la Compañía Anónima Venezolana de
Navegación, fue prorrogado por un año más, continuando esta nave con el nombre
de Guárico al servicio de la referida Compañía.
Por las utilidades que en el año de la Cuenta arroja el Astillero
Nacional, se tendrá una idea del mejoramiento alcanzado por este
Establecimiento. Ascendieron a Bs. 640.566,78 y arrojan en consecuencia un
superávit de Bs. 130.459,92 a las del año anterior. Esto, después de haber
cubierto sus gastos de administración, conservación y fomento, los de
reparación de armamento, de buques de guerra y guardacostas, el presupuesto del
personal laborante y de jornaleros, y de suministrar artículos de distintos
usos a las Fortalezas y Faros de la República.
El desarrollo de la riqueza pública ha continuado durante el año
último con mayor energía, a consecuencia de todas las disposiciones tendientes
al fomento de la industria y del comercio nacionales, entre las cuales citaré
la Ley del Congreso de 1920 sobre Hidrocarburos y otras sustancias similares
que, al reglamentar, como lo ha hecho, ese género de explotaciones, garantiza
rigurosamente dos derechos, inadvertidos en las disposiciones que hasta hace un
año regían en la materia: el derecho de la Nación, como propietaria legítima
que es del petróleo y demás sustancias similares que dentro de los límites del
territorio existen, a percibir un canon convencional cuando el subsuelo que se
trate de explotar esté situado en terrenos baldíos; y el derecho de opción que
necesariamente corresponde al propietario del suelo, por un espíritu de
justicia que la presente Ley ha consagrado, en virtud del cual tendrá la
preferencia para obtener de la Nación la facultad para explotar el subsuelo
correspondiente a su propiedad siempre que se ciña al plazo de un año que, al
efecto, se le señala y que pague los impuestos legales, disfrutando ahora, por
tal respecto, el dueño del suelo, como en casi todos los demás países sucede,
de las facilidades que leyes anteriores otorgaban únicamente al contratista.
Durante el año último la industria minera siguió una marcha
normal, estimulada la producción por las circunstancias de todo género que a su
amplio y más libre desenvolvimiento le ofrece la paz interna, por el solo hecho
de ser garantía plena de los capitales extranjeros que copiosamente afluyen al
país. Y entre los ramos de dicha industria merece especial referencia la
explotación, que se procura hacer cada vez más intensiva, del carbón en las
Hulleras de Naricual, las cuales, además de ofrecer campo fecundo a la
utilización de la mano de obra nacional, reportan al Fisco cuantiosa utilidad,
mayormente ahora que están bajo la custodia de una experta administración.
Los trabajos referentes al Catastro de Tierras Baldías progresan
notablemente, estando ya al terminarse el Distrito Pedraza, el más extenso del
Estado Zamora, que fue la región donde se inició la obra; y como la práctica
hubiese demostrado que la designación de Comisionados Especiales da mejor
resultado que la existencia de una sola oficina para toda la República, se
creó, en sustitución de la Oficina de Catastro, una Comisión Científica para
concluir los trabajos del Estado Zamora y otra para dar comienzo a los del
Estado Monagas, reservándose el Gobierno, según sean los resultados que se
obtengan, la forma en que haya de procederse al levantamiento del Catastro de
las demás entidades de la Unión.
Por demás satisfactorio es el resultado obtenido en la explotación
de maderas y productos naturales en nuestras tierras baldías, hasta el punto de
que la renta producida por el impuesto legal respectivo durante los dos últimos
años excede en mucho al monto de los ingresos obtenidos por el mismo respecto
desde que se iniciara esta explotación entre nosotros, o sea en un lapso mayor
de un decenio. Esta materia ha sido motivo últimamente de una extensa
reglamentación que resume todas las disposiciones sugeridas por la práctica en
la aplicación de la Ley.
Por cuanto es demostrativo del progreso de la industria y del
comercio venezolano y de la confianza que nuestra situación económica brinda a
propios y extraños, digno es de hacer mención especial del considerable número
de patentes de invención concedidas y de marcas de fábrica y de comercio
registradas durante el último año.
Con el propósito de estimular el mejoramiento de la raza equina
entre nosotros, se decretaron temporadas de carreras en el Hipódromo Nacional,
dictándose una Reglamentación adecuada al respecto y creándose una Oficina
especial bajo la dirección de una Junta. A dicho esfuerzo ha prestado la más
entusiasta y valiosa cooperación el Comandante en Jefe del Ejército y
Presidente Electo de la República, ofreciendo como premio Bs. 20.000 y una
copa. También ofrecieron premios extraordinarios a los caballos ganadores, el Ejecutivo
Federal, los Estados, la Municipalidad de Caracas y los industriales y
comerciantes de la misma ciudad.
Cuanto al servicio de Inmigración, el Despacho respectivo labora
tenazmente en el sentido de que corresponda en un todo a los propósitos del Gobierno
Nacional, cuidadoso principalmente de establecer en forma definitiva ese
servicio y de la calidad de los inmigrantes, valiéndose para ello de las
recomendaciones que constantemente da el eficaz Agente en el Exterior, y
confiado en que la mejor propaganda que Venezuela tenga fuera, será la
impresión grata que de su estada en el país transmita el mismo inmigrante a su
familia, por haber encontrado situación de vida honesta, productiva y
laboriosa, como la han encontrado los inmigrantes que hasta ahora han venido.
El Correo y el Telégrafo han sido objeto durante el año último del
mismo cuidadoso esmero que ha dedicado en todo momento el Gobierno de la
Rehabilitación a los diversos ramos del servicio público, en especial a
aquellos que, como el postal y el telegráfico, son factores de primer orden
para secundar, con estímulo fuerte y constante, el desarrollo del comercio y de
la industria nacionales. En el servicio interior de correos no sólo se ha
atendido a la previsión adecuada y eficaz de las diversas oficinas en actividad
para el 31 de diciembre de 1919 sino que se crearon veinticuatro estafetas,
atendiendo así a necesidades manifestadas por poblaciones que de algunos años
acá han venido adquiriendo cada vez mayor importancia administrativa. En el servicio
exterior, se ha cuidado en primer término de que Venezuela participe de todas
las ventajas que las Convenciones entre país y país ofrecen, sólo por uniformar
el régimen de las materias a que se refieren. Así, al concurrir al Congreso
Postal de Madrid, efectuado a fines del año último, lo hizo mediante una
honrosa delegación, que dio relieve de singular valía al nombre nuestro en el
extranjero, defendiendo, con cálido entusiasmo, intereses económicos de
carácter continental, tales como el de propender a que en los Congresos que en
lo futuro hayan de celebrarse, cada país tenga un solo voto, sin tener en
cuenta para nada si tiene o no colonias, eliminando así la desigualdad
inherente a tal circunstancia, común a todos los países de Centro y Sur América.
Cuanto al ramo de telégrafos, ha continuado visible el progreso
obtenido en los últimos años, habiéndosele dado a la red mayor extensión y
habiéndose mejorado las líneas, a fin de que la comunicación tenga la rapidez y
eficacia necesarias para tan importante servicio.
Constantemente el Gobierno Nacional, en el empeño de situar a
Venezuela en el mismo nivel de progreso alcanzado en los demás países, ha
logrado ya implantar de una manera definitiva la telegrafía inalámbrica, a
merced de una labor verdaderamente infatigable, pero compensado el esfuerzo con
la firme convicción de que él está pletórico de los altos y nobles ideales que
caracterizan todos los actos de la presente Administración Pública e inspirado
en los propósitos de engrandecimiento patrio que animan al Jefe de la
Rehabilitación Nacional. Resultado feliz de ese constante empeño es: la
creación de la Escuela de Radiotelegrafía, con una estación anexa destinada al
aprendizaje práctico de la materia; y la creación de la estación de Maracay,
abierta al público desde el 19 de diciembre del año último, y de las estaciones
de Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, San Cristóbal y Maracaibo, que estarán
listas de un todo para ser inauguradas a promedios del presente año. El
Gobierno Nacional, para afianzar el paso dado en tal sentido y para dar mayor
garantía al servicio con el exterior, hizo que Venezuela adhiriese a la
Convención Radiotelegráfica Internacional y, también, a la de Telegrafía
Internacional.
La labor del Departamento de Obras Públicas en este año ha
revestido proporciones extraordinarias y ha sido verdaderamente intensiva,
inspirada en todo momento en la iniciativa e indicaciones siempre acertadas y
patriotas del General Gómez, quien ha hecho de este importante ramo de la
Administración Pública una de sus atenciones predilectas.
El capítulo más interesante de esta labor, que es sin duda el
referente a nuestras vías de comunicación, está sintetizado en esta vez por un
hecho vital: la resolución definitiva del problema de nuestras carreteras, que estriba
en la construcción de los grandes y numerosos puentes que estas obras
requieren, y cuyo costo, en las regiones remotas de nuestro territorio, es
evidentemente prohibitivo al aplicarse los sistemas de construcción usados
hasta la fecha entre nosotros. Los puentes de nuestras grandes carreteras
habrían exigido, empleando tales sistemas, la erogación de cientos de millones
de bolívares, presentándose el problema, desde luego, con todos los caracteres
de una dificultad insuperable económicamente.
Los detenidos estudios hechos a este respecto por el Ministerio de
Obras Públicas han dado por fin el resultado que se perseguía, como que ellos
han conducido a la solución de este arduo problema de la manera más económica.
Me refiero aquí a la adaptación a nuestro caso del simple sistema de puentes
colgantes, empleando la madera y el alambre como únicos elementos de
construcción: la primera suministrada por nuestras selvas vírgenes contiguas al
sitio de las obras, y el segundo, para la formación de los cables con hilos
elementales, conducido al propio lugar en pequeños bultos, de fácil y barato
transporte y con la circunstancia especia1ísima de cómo dichos puentes habrán
de resultar tanto más económicos cuanto más distantes, ya que el valor de la
madera será cada vez menor a medida de su alejamiento de los centros poblados y
que este material representa más del noventa por ciento de los elementos
constitutivos de las obras.
Contrayéndome ahora al progreso alcanzado durante el último año en
la construcción de nuestras vías de transporte, debo decir que han merecido
especial atención en este período, además de la gran carretera occidental, y de
la gran carretera oriental, las siguientes muy importantes para el país: el
ramal de la carretera central del Táchira que, partiendo del sitio de
Gallineros, terminará en la población de Rubio; la carretera central de Mérida,
prolongación del ferrocarril de Santa Bárbara a El Vigía; las vías internas de
comunicación del Estado Trujillo; la carretera entre Coro y Carora, pasando por
Churuguara, que pondrá en fácil comunicación a los Estados Falcón y Lara; la
carretera de los llanos que, teniendo su punto de partida en los Valles de
Aragua, llega hasta la capital del Estado Apure; la carretera de Barcelona a
Soledad en el Estado Anzoátegui; las de Cumaná a Cumanacoa, de Carúpano a
Tunapuy y de Río Caribe a Yaguaraparo en el Estado Sucre; y por último, la
carretera que habrá de ligar a Maturín con el Caño de San Juan, en el Estado
Monagas.
Además de estas vías, que han sido objeto de trabajos de
construcción de mayor o menor magnitud, y de las construidas anteriormente, que
han sido debidamente conservadas, se cuentan muchas otras de menor importancia,
que aparecen especificadas en la Memoria del Departamento respectivo.
Un proyecto sumamente interesante, del que ha venido ocupándose
con especial atención el Ejecutivo Federal desde hace algún tiempo, es el de
establecer un puerto internacional de depósito en nuestras costas, esto es, un
puerto franco, donde toda mercancía de importación se considere de tránsito y
no cause formalidades ni derechos aduaneros sino a su salida del lugar para su
consumo o comercio en otras regiones del país.
La situación de las costas de Venezuela, cercanas a las costas del
Canal de Panamá, da indudablemente a este proyecto todos los caracteres de un
asunto trascendental para nuestro progreso y desenvolvimiento. En efecto, el
arreglo de un buen puerto en nuestro litoral, provisto de todos los elementos
del caso, tales como muelles amplios, abrigo seguro, servicios mecánicos y por
consiguiente económicos para los trabajos de embarque y desembarque, buenas
comunicaciones por mar y por tierra con los centros comerciales más importantes
del país, almacenes suficientes para depositar grandes cantidades de mercancías,
y por último, agua y combustible en abundancia para el servicio de las
embarcaciones, con todos los aparejos usados en las estaciones carboneras
modernas; semejante instalación, es indudable que habrá de ser un poderosísimo
aliciente para que las grandes unidades de las empresas extranjeras de
navegación visiten nuestras costas, creándose allí naturalmente un centro
comercial y marítimo de movimiento excepcional.
Como resultado de las exploraciones y estudios efectuados en la
región del centro de nuestras costas, por disposición del Departamento de Obras
Públicas se ha encontrado que la ensenada de Turiamo reúne condiciones
magníficas para la realización de semejante plan, a saber: un puerto natural de
grande extensión, completamente abrigado, de aguas tranquilas ampliamente
profundas y de calado uniforme que, a tiempo que permite la entrada de barcos
del mayor tonelaje, no es tan profundo que impida un anclaje cómodo y fácil;
una orilla acantilada de modo que los barcos pueden atracar a muy corta
distancia, lo que contribuirá eficazmente a la comodidad, eficiencia y
facilidad de construcción de los muelles que allí se establezcan; una amplia y
profunda boca de entrada, sin escollo alguno, accesible a los barcos sin
necesidad de pilotaje; un gran lago interior en el fondo de la ensenada, fácil
de comunicar con ésta, muy apropiado al establecimiento de un astillero para la
construcción y reparación de barcos; una disposición admirable de las colinas
que rodean la ensenada, las cuales, situadas en anfiteatro, permitirán situar a
su pie los almacenes de descarga, y en su falda los depósitos de agua, víveres
y combustibles para el abastecimiento de las embarcaciones, elementos éstos que
podrán así ser conducidos por simple gravedad hasta las bodegas de los barcos;
y finalmente, para completar este cuadro de circunstancias favorables, la
existencia de un río que aporta cantidad abundante de agua potable, proveniente
de las montañas y suficiente a abastecer una población de centenares de miles
de habitantes.
La trascendencia para el país de este hermoso programa ha inducido
al Ejecutivo Federal a consu1tarlo con una casa constructora americana, de
reconocida autoridad en la materia, la cual, por medio de una comisión de
ingenieros, enviada de su seno, ha terminado ya los estudios preliminares de
las obras en referencia.
En este mismo ramo de los puertos y muelles, es del caso
mencionarse aquí la transacción celebrada recientemente con la Corporación del
Puerto de La Guaira, que puso término, de la manera más satisfactoria, al
litigio que cursaba en la Corte Federal y de Casación, con motivo de la demanda
intentada contra la referida Compañía por el asunto de las tarifas de sus
muelles; la completa terminación del muelle de Guanta con obras de concreto
armado; y las nuevas reparaciones efectuadas en los muelles de Puerto Cabello y
Maracaibo.
En cuanto al importante capítulo de nuestros acueductos, la
actuación del Ministerio de Obras Públicas en el último año puede sintetizarse
de la manera siguiente: la terminación del vasto abrigo de los estanques de
distribución del Acueducto de Caracas, existentes en el Paseo Independencia de
esta ciudad; la prosecución de los trabajos necesarios para la distribución de
las aguas en la población de La Guaira, como parte complementaria del Acueducto
de aquel puerto, recientemente construido; el acometimiento de los trabajos de
estudio del Acueducto de Maracaibo, obra de aliento que ha despertado el más
vivo interés en el Ejecutivo Federal; la iniciación en Venezuela del eficiente
sistema de acumulación de las aguas de superficie durante los meses de las
lluvias, mediante el establecimiento de diques de construcción apropiada; y el
detenido estudio del régimen de las aguas subterráneas para su extracción con
destino a los servicios públicos: únicos medios prácticos estos dos últimos
para la alimentación de muchas poblaciones de nuestro territorio, y para
resolver de modo eficaz el gravísimo problema de las sequías en extensas
regiones del país. El primero, de la acumulación de las aguas provenientes de
las lluvias por medio de diques, viene estudiándose hace tiempo, y los trabajos
de construcción han comenzado a ponerse en práctica en la parte alta del río
Guárico para la alimentación de las poblaciones de Ciudad de Cura, San Juan de
los Morros, Cagua, Santa Cruz, San Francisco de Asís y Magdalena; y el segundo,
del aprovechamiento de las aguas subterráneas, en Valle de la Pascua y demás
poblaciones del Oriente del Guárico, donde las sequías revisten todos los
caracteres de una verdadera calamidad pública.
En el ramo de Ingeniería Sanitaria, trascendental hoy en todo país
civilizado, debo referirme aquí a las siguientes obras: la completa reforma del
edificio que ocupaba en esta ciudad el Cuartel de Caballería, para su
adaptación a la Oficina Central de Sanidad Nacional, con todas las dependencias
y anexidades requeridas por el complicado mecanismo de esta Institución,
edificio que fue solemnemente inaugurado el 19 de diciembre próximo pasado; la
construcción de los Departamentos destinados a Estación de Desinfección en un
local adecuado de esta misma capital, cuya inauguración se efectuó también en
la misma fecha; la construcción de los edificios que constituyen la Estación de
Cuarentena, en jurisdicción del puerto de La Guaira, llevados a cabo en
cumplimiento del Decreto Ejecutivo del 24 de enero de 1919; el adelanto
considerable de la ejecución del proyecto de las cloacas de Caracas, acerca de
lo cual tengo la satisfacción de anunciaras, en la presente ocasión, que están
ya vencidos todos los problemas y dificultades principales que ofrecía la
ejecución de estos trabajos de tan gran magnitud y de naturaleza enteramente
nueva entre nosotros.
Debo referirme también, al dar cuenta de los asuntos dependientes
del Ministerio de Obras Públicas, a una obra importante emprendida
recientemente en San Fernando de Apure: ciudad ésta que ha estado últimamente
muy amenazada por las constantes invasiones de las aguas del río Apure, en la
época de sus crecidas y cuyas amenazas han tenido el carácter de inminentes en
el año pasado. Para hacer frente a tamaño peligro, el Ejecutivo Federal ha
ordenado se proceda con la mayor actividad a practicar los trabajos
indispensables, ya que se trata de un asunto vital para la existencia misma de
aquella población, centro principal del comercio de nuestros Llanos. Estos
trabajos, ya a punto de ser terminados, han consistido primordialmente en la
apertura de un canal, de posición y condiciones adecuadas para encauzar las
aguas del Apure en el lugar; y en la construcción de los diques o represas
indicados como necesarios para el éxito de la obra.
Entre las demás obras públicas últimamente concluidas, o en vía de
ejecución, por cuenta de este Departamento del Ejecutivo, cúmpleme mencionar
aquí solamente las principales, ya que la enunciación completa de ellas se
halla en la Memoria respectiva. Ellas son: la Casa Natal del Libertador, cuya
magnífica restauración ha sido terminada en el último año; las importantes
reformas llevadas a cabo en la Casa Amarilla; los edificios construidos para el
servicio de Aeródromo y la Oficina de Correos y Telégrafos de Maracay; el nuevo
edificio que se construye en la antigua Plaza Colón de Maracaibo para el
ensanche de las Oficinas de la Aduana de aquel puerto; las Estaciones
radiotelegráficas de Caracas, Maracay y La Guaira; los edificios que se
construyen en Caracas para la enseñanza materna y para el Seminario
Metropolitano; la prosecución de los trabajos para pavimentar las calles de
esta ciudad por el sistema de concreto, cuyo progreso en el año retropróximo
puede apreciarse en más de cien mil metros cuadrados; la Avenida construida con
el mismo pavimento entre La Guaira y Maiquetía de unos veinte mil metros
cuadrados; el gran Cuartel Nacional edificado en Maracay; la construcción del edificio
para la Escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales; el puente de
concreto armado' tendido en esta capital sobre el río Anauco, para el ensanche
de la ciudad hacia su parte oriental; y, finalmente, el Monumento que se
erigirá en las sabanas de Carabobo en conmemoración de la gloriosa batalla
librada el año de 1821.
El número de los planteles de Instrucción Primaria ha sido
aumentado apreciablemente y se han reglamentado con eficacia los trabajos
prácticos que son indispensables para la enseñanza superior. Se han creado
nuevas Cátedras en diferentes planteles y se ha tenido permanente atención a
los Institutos de extensión universitaria. Estos han sido los gastos
culminantes de la labor educativa en el orden intelectual y moral. Por lo que respecta
a la educación física, la actividad ha sido constante, gracias a la cooperación
de instructores especialistas que han despertado todo linaje de virtudes
viriles, latentes en la juventud y a cuyo objeto contribuyen en gran parte los
juegos olímpicos y los ejercicios militares.
Asegurar en primer término la educación de los sentimientos, para
que la instrucción no se convierta en arma peligrosa, ha sido una de las
principales miras de la acción del Departamento respectivo, para lo cual se ha
tenido especial cuidado en la selección de los maestros, cuyo ejemplo ejerce en
torno suyo lento y seguro influjo de elevada moral, propicio ambiente para el
desarrollo de buenos instintos.
Una innovación que a la larga resultará de provechos incalculables
para la educación de las futuras generaciones, ha sido la de la enseñanza
materna. En el Decreto del 18 de diciembre de 1920, así como en la
Reglamentación dictada al efecto, se halla planteado en términos generales la
manera de realizarla y lo que de ella se esperará. Con el objeto de difundirla
por todo el territorio de la Nación, el Ejecutivo ha obtenido la cooperación de
las Municipalidades, interesadas sobremanera en la importante materia; y como
para que dé los resultados que promete, es preciso personal competente, se ha
procedido en Caracas a construir la Escuela Modelo Materna, campo de
experimentación donde practicarán las maestras que luego deben ir a prestar sus
servicios en los Estados. En este plantel pueden observar los sistemas
adecuados que para la edad preescolar se han de emplear, los maestros
particulares y los de los Estados que visiten esta capital.
Otro adelanto que debo señalaros, ha sido la adquisición del
edificio que se denomina “Villa Zoila” para el servicio de la instrucción. La
posesión de edificios propios para los planteles es de suma conveniencia en la
buena marcha y el sostenimiento de los mismos, sobre todo cuando el que se
adquiere es como el que he nombrado, el cual tiene la ventaja de poseer, además
de un buen alojamiento, un parque para la educación física y terrenos para
futuras construcciones, donde se formará un verdadero centro escolar con
extensión suficiente para juegos y ejercicios.
El ensanche de ambas Escuelas de Artes y Oficios ha continuado
según planes metódicos y progresivos.
El Despacho de Instrucción fue encargado para recibir una Misión
enviada por la Universidad de Georgetown a los estudiantes y profesores de las
Facultades de Caracas. Muy gratos recuerdos dejaron entre nosotros los miembros
de esta Misión intelectual americana, por su exquisita cultura y perfecta
caballerosidad. El Profesor Sherwell, su jefe, ha correspondido a la cordial
acogida que se le hiciera y por intermedio de la Legación de Washington ha
hecho saber que la Universidad de Georgetown, en testimonio de gratitud por la
amable recepción que le fuera hecha entre nosotros, ha acordado conferirle al
Ministro de Instrucción Pública el grado Honorario de Doctor de aquella ilustre
Universidad y ofrecido una beca por dos años a un estudiante venezolano o por
un año a dos estudiantes, en el departamento escogido por ellos. Además, las
informaciones que ha publicado la Misión han sido muy satisfactorias y han
contribuido a dar a conocer los progresos de que se ufana la Patria, no sólo en
lo que respecta a instrucción universitaria, sino también en todos los ramos de
la actividad nacional.
Queda expuesta, en síntesis, la labor administrativa y política
efectuada durante el año de la Cuenta, tal como me lo impone el artículo 80 de
la Constitución. Conceptuosamente os he impuesto del estado floreciente de la
República, y para ilustraros detalladamente acerca de todo cuanto he tratado en
este Mensaje, os quedan las Memorias de los Ministros del Despacho que ellos
van a presentaros. En éstas encontraréis razonados y documentados todos los
actos que integran aquella labor.
Si en estas páginas he consignado algunos conceptos en que elogio
la magnitud y la calidad de la obra llevada a cabo por el Ejecutivo Federal,
esto no obedece a sentimientos de vanagloria a que soy ajeno por educación y
por índole. Sólo he querido, al discurrir de esa manera, exaltar las conquistas
logradas en honra y provecho de la Patria por la Causa y por el Ciudadano
eminente que la rige, el Benemérito General Juan Vicente Gómez, e impartir también
justicia a mis inmediatos colaboradores en el ejercicio del Gobierno, a los
infatigables y expertos servidores en la realización del ideal que a todos los
anima de ver próspera, venturosa y grande a Venezuela. Los desaciertos que,
como acontece a toda cosa humana, pueda contener esa obra, y sus éxitos, toca a
nosotros balancearlos; y como sé que vuestro espíritu es recto y vuestra mano
firme, no temo que esa balanza se incline aliado de los errores.
Cercanos están ya los días de la celebración del Centenario de la
Batalla de Carabobo, en la que tomaréis parte, de conformidad con vuestro alto
rango en la jerarquía oficial, y deliberadamente vengo a referirme a esa
augusta solemnidad en los párrafos finales del presente documento para
insinuaros una idea que estoy seguro hallará acogida calurosa en vuestras
mentes. En ella: que expreséis en un Acuerdo el sentimiento de gratitud que
alienta en vosotros y en todos los venezolanos hacia el eximio compatriota bajo
cuya actuación rehabilitadora se conmemoró uno y va a conmemorarse el otro de
los dos fastos más venturosos de la República. Al proceder de esa manera,
uniréis al galardón de la Providencia, que reservó al General Gómez ambas
oportunidades envidiables, la recompensa de todo un pueblo que por medio de sus
voceros legítimos premia a aquél a quien debe bienes invalorables.
¿Y no os parece que tendría el significado de un símbolo
magnífico, el hecho de que fuera leído ese Acuerdo ante el Caudillo ungido por
la Victoria, precisamente el 24 de junio, entre la pompa marcial de su Ejército
y en la propia llanura donde culminó nuestra gesta libertadora?
La breve ceremonia, circunscrita sólo al momento de la
presentación del homenaje y sin otras palabras que las vertidas por el Congreso
como heraldo de la Nación, sería imponente con el carácter que la imprimiría la
misma sencillez republicana del acto. Su mejor comentario sería el silencio
religioso de los oyentes ante la insólita manifestación de reconocimiento, y su
ambiente circundante lo formaría el recuerdo del Creador de cinco Patrias
libres señalando a los suyos cómo los caminos del sacrificio son los que
conducen al triunfo; la memoria a la hidalga valentía hispana salvando el honor
de sus banderas con la retirada del Valencey; y la evocación del impetuoso heroísmo
de los nuestros, encarnado en Plaza y Cedeño, quienes, al ser derribados por el
Ángel de la Muerte, cayeron en el regazo de la Gloria para ascender a la
Inmortalidad.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
V. MÁRQUEZ BUSTILLOS.
Caracas, 29 de abril de 1921.
(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939,
Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 143-167).
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