MENSAJE QUE EL GENERAL JUAN VICENTE GÓMEZ
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
VENEZUELA
PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL EN 1912.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
Os presento mis patrióticas congratulaciones por vuestra
instalación constitucional.
Siempre es satisfactorio para el país la reunión del Cuerpo
Legislativo, puesto que él es el llamado a corregir las deficiencias de las
Leyes, a dictar medidas de utilidad general y a laborar, en unión de los demás
Poderes, por la grandeza felicidad de la Patria. Además, vuestra reunión es
reveladora de que impera la normalidad en todos los ramos de la Administración
Pública; y si a la regularidad administrativa se agrega la calma política que
existe en los círculos y en las individualidades, cúmpleme deciros que
Venezuela atraviesa una situación de paz y de armonía que el Gobierno Nacional
procura aprovechar en beneficio de la comunidad.
No de otro modo pudiéranse celebrar las fiestas del primer
Centenario de nuestra Independencia nacional, a las cuales tuvisteis ocasión de
asistir, gozando la complacencia de ver a la Patria honrada por las importantes
misiones extranjeras, sublimado el patriotismo por entusiastas manifestaciones
de todos los gremios sociales y expresado elocuentemente el sentimiento de la gratitud
de la actual generación hacia aquella otra legendaria y sublime fundadora de la
Patria libre. En libro aparte, que he acordado editar, encontraréis consignada
la pormenorizada relación de aquellas festividades, que por siempre habrán de
ser célebres en nuestros anales históricos.
Han sido tan perfectas como cordiales las relaciones del Gobierno
Nacional con las de los Estados de la Unión, y me complazco en deciros que
todos ellos es correcta la marcha administrativa.
Con el título de la Nueva Angostura he mandado a fundar en una de
las márgenes del Orinoco una ciudad que sirva de residencia a los millares de
explotadores de la rica región de Imataca. La nueva población está ya
delineada, rápidamente constrúyense habitaciones y muy pronto habrá de tener la
importancia a que está llamada como centro minero, industrial y comercial.
Había el Cuerpo Legislativo dispuesto en años pasados la
adquisición del Palacio de Miraflores para destinarlo a la mansión de los
Presidentes de Venezuela, y me ha cabido la complacencia de cumplir dicha
disposición, y así os anuncio que el expresado edificio es hoy propiedad de la
Nación.
Aunque en la Memoria de Hacienda encontraréis detalladas las
cuentas del Tesoro, creo de mi deber ofrecer anticipadamente a vuestra consideración
y a la del país la siguiente síntesis: El 31 de marzo último se practicó un
corte de cuentas, correspondiente al primer trimestre del presente año, que
arrojó el siguiente saldo favorable a la Nación:
En poder del Banco de Venezuela
Bs.
3.930.160,66
En pagarés de
salinas
1.058.333,34
En caja en Tesorería
140.653,56
En plata reacuñándose en París
378.000,00
Total
Bs.
5.507.147,56
La deuda creada por los protocolos de Washington de 1903, que
montó a Bs. 38.385.411,94 quedó reducida el 31 de marzo último a Bs.
2.546.910,06.
De conformidad con el Decreto que expedisteis en julio del año
pasado, ordenando el examen y reconocimiento de créditos contra el Gobierno
Nacional, la Junta de Crédito Público ha llenado su cometido examinando y
reconociendo las cantidades reclamadas, resultando que el reconocimiento
asciende a Bs. 939.597,65 en lugar de Bs. 30,615.734,04 a que montaban las
reclamaciones. La cantidad reconocida se pagará con Deuda Nacional Interna
consolidada de 3%.
La deuda por convenios diplomáticos que correspondía a España fue
definitivamente cancelada en febrero último. Montó esa deuda en su principio a
Bs. 5.898.012,70.
Refiriéndome a los Departamentos de Guerra y Marina, os diré: que
se está terminando la construcción del Dique de acero en Puerto Cabello
contratado con el ciudadano Ildefonso Aguerrevere; que deseo que el Ejército
continúe como hasta hoy siendo modelo de disciplina; y que sólo sirva de
respeto para mantener el orden y para conservar a perpetuidad esta paz que
exhibe a Venezuela como nación civilizada, patriota y progresista.
Espero que en las actuales sesiones dispondréis lo conveniente
para el establecimiento de la Granja Modelo. Nuestro país es esencialmente
agrícola, criador y minero, y exige que se le dote de escuelas de agricultura,
de veterinaria y de minería. Se necesita que vengan del extranjero los
profesores que hayan de enseñar el conocimiento de esas ciencias a nuestro
inteligente pueblo.
De las obras públicas realizadas o en construcción merecen
mencionarse la carretera central del Táchira, la carretera del Este de Caracas,
cuya composición llega a Chacao; las reparaciones de la carretera de Occidente,
que alcanza a 100 kilómetros; la de Maracay a Ocumare de la Costa; le de
Valencia a Villa de Cura; la de Villa de Cura a Morrocoyes; la de Ocumare del
Tuy a San Casimiro; la de Caracas a Ocumare del Tuy; y la de Caracas a La
Guaira; los edificios para telégrafos y teléfonos oficiales; la Biblioteca
Nacional; el Instituto Anatómico; las modificaciones hechas al Panteón Nacional
y la Universidad de Caracas; el Registro Público y Archivo Nacional; las calles
de Caracas; las Avenidas de Carabobo y San Martín; el Monumento de Carabobo en
Caracas; la estatua de Ricaurte en el sitio donde ganó la gloria de la
inmortalidad y la modificación del Parque de Carabobo en Caracas.
La Memoria de Instrucción Pública os impondrá, en todos sus
pormenores, del celo perseverante que he consagrado a este ramo, tanto por su
importancia fundamental cuanto por el plan de administración civilizadora que
exige el porvenir de la Patria.
He estimado de necesidad proceder a fundar algunos de los
Institutos de Enseñanza Técnica y Especial que interesan más directamente al
fomento de la riqueza pública, empezando por la creación de una Escuela Federal
de Agricultura, Cría y Veterinaria. Medidas con las cuales vamos por fin
acercándonos al ideal de nuestros grandes progenitores, de convertir a
Venezuela, al igual de los más adelantados pueblos de América, en República
fuerte, vigorosa, culta y próspera.
Toca ahora a vosotros remover disposiciones que obstaculizan el
movimiento regenerador iniciado, y dar al Ejecutivo nuevos elementos indispensables
a la prosecución de tan patriótica labor.
Con motivo de la celebración del Centenario de nuestra
Independencia, se reunió en Caracas el Congreso Boliviano, de cuyas importantes
deliberaciones os dará cuenta el Ministro de Relaciones Exteriores.
Recientemente nos visitó el señor Philander C. Knox, Secretario de
Estado de los Estados Unidos de América. Venía en representación del Primer
Magistrado de aquella Gran República. Lo recibimos con la cordialidad del
sincero afecto, y con la solemnidad del elevado carácter que investía. El
Gobierno de Venezuela y todos los gremios sociales, políticos e industriales
dieron a esta visita la importancia que la determinó.
Por mi parte debo declarar, que jamás he abrigado la más ligera
sospecha con respecto a la soberanía de Venezuela. En la historia de nuestras
relaciones con la Gran República del Norte, encuentro sinceridad y colaboración
benévola; de manera que la visita del Excelentísimo señor Knox, en vísperas de
la inauguración del Canal de Panamá, que ha de traer hacia el centro de la
América la extraordinaria corriente comercial del mundo, la estimo como el
estrechamiento cordial de aquellas importantes relaciones.
Cumpliendo mis promesas y tratando de corresponder a vuestra
confianza, he procurado llenar mis deberes públicos con toda cabalidad, sin
pasiones y sin preocupaciones de ninguna clase. Si alguna deficiencia
encontráis en mi labor, atribuidla a mis escasas aptitudes y de ninguna manera
a dañadas intenciones.
Que Dios os inspire y la Patria os sea deudora de grandes
beneficios.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
J. V. GÓMEZ.
Caracas, 19 de abril de 1912.
(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939,
Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 57-60).
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