domingo, 8 de marzo de 2015

MENSAJE DEL DOCTOR VICTORINO MÁRQUEZ BUSTILLOS 1920


MENSAJE QUE EL DOCTOR VICTORINO MÁRQUEZ BUSTILLOS,
PRESIDENTE PROVISIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA,
PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL DE 1920.

Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:

Sean mis primeras palabras, al venir a darle cumplimiento al artículo 80 de nuestro Pacto Fundamental, un efusivo saludo para vosotros que al amparo de la Ley y bajo los auspicios más felices celebráis vuestras sesiones del presente año. La Providencia que vela por la suerte de las Naciones, y que evidentemente protege a Venezuela hace más de un decenio, ha de asistiros en todos vuestros actos para que ejerzáis la potestad de legislar tan sabiamente como la habéis ejercido desde que los pueblos os encomendaron esa augusta misión.

Ingente, pero no ardua ha sido la labor administrativa durante el año de la cuenta, porque como ha acontecido también en años anteriores, el Jefe de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, siempre animado del fervoroso deseo de hacerle el bien a la Patria, en ninguna ocasión ha negado al Gobierno civil de la República los invalorables servicios de su gran experiencia en los asuntos del Estado. Merced a sus consejos e indicaciones, nada ha tenido de difícil la obra de la Presidencia Provisional y se han podido obtener conquistas perdurables y de magnitud tanto en el orden económico como en todos los órdenes que abarca la esfera de acción del Poder Ejecutivo Federal.

Si no fuera porque nunca existe criterio seguro para afirmar cuando llegan las sociedades a la plenitud del desarrollo de su bienestar como organismos políticos, os diría que las condiciones actuales de la República no pueden ser mejores. A la verdad, se palpa el equilibrio de las funciones con que se desenvuelve la Nación al impulso vigoroso y bajo la vigilancia tutelar de los poderes que la rigen. Si antes se nos llamó país convulso, democracia turbulenta, pueblo educado rudimentariamente para la vida ciudadana, hoy debemos ufanamos de ser todo lo contrario. Muchos testimonios se pueden citar de la certeza de esta afirmación y tan inequívocos que no hay mente escéptica, juicio prevenido ni conciencia escrupulosa que se atreva a recusarlos. Uno de éstos es el hecho de la afluencia constante de cuantiosos capitales extranjeros venidos a Venezuela, donde han arraigado y medran empleados en empresas cuyo éxito hubiera sido imposible, o cuando menos fruto de largos y tenaces esfuerzos, sin nuestra sólida situación financiera y la estabilidad del orden de cosas que discurre.

Años sucesivos de paz firme y fecunda, un honrado manejo de los caudales públicos por los Gobiernos de la Rehabilitación, el acatamiento a la Ley, sincera y conscientemente observado, el estímulo cuando no la protección efectiva a las iniciativas del progreso individual, la garantía de que cada cual gozará los rendimientos de su trabajo sin que haya listos ni poderosos que vayan a arrebatárselos, la seguridad de cómo los holgazanes, los viciosos y los agitadores no son ya una amenaza social, esas y muchas más ventajas, ciudadanos Senadores y Diputados, constituyen los medios eficaces de que se ha valido el Jefe de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, para hacer de Venezuela un emporio donde la sociedad y el Estado, muy lejos de ser entidades en pugna, son fuerzas eficientes que contribuyen a un mismo fin armónico y alto: el bienestar de la Patria.

La República ha adquirido una prosperidad insólita que ha de aumentar día por día, porque nuestras industrias, comercio y demás fuentes de producción adelantan sin que podamos calcular hasta qué grado de progreso material llegarán. Una poderosa corriente de inmigración llama a nuestras puertas, y esa circunstancia, unida a los vastos trabajos de higienización y sanidad que se vienen practicando en el país van a eliminar de una vez y para siempre el único inconveniente que restaba por superar como factor de la lentitud de nuestro crecimiento nacional: la insuficiencia de gente para explotar la riqueza de nuestro suelo. Con población bastante para hacer extensivos los rendimientos de nuestra agricultura, darle amplio desenvolvimiento a nuestra industria minera, llevar brazos a las inmensas y ubérrimas regiones que se dilatan hasta nuestras fronteras con el Brasil y Colombia y hacer activas nuestra capacidad y facilidades para producir muchos de los efectos que importamos y cuyas materias primas poseemos en abundancia, habremos solucionado el problema vital que aún nos faltaba por abordar con éxito.

Bien sabéis cómo el cuadro que os presento del estado en que se encuentra la República no es fantasioso ni siquiera una pintura más o menos real que trazo influenciado por el ambiente de optimismo que nos circunda. Antes de escuchar estas cláusulas compendios as del lenguaje oficial en que os hablo, habíais visto ya cómo Venezuela está cruzada por amplias y estables vías de comunicación que han permitido a algunos de vosotros recorrer en automóvil centenares de kilómetros para venir desde la Cordillera a Caracas, teníais la evidencia de cómo nuestros artículos de exportación se cotizan a precios muy altos en los mercados extranjeros, observasteis cómo el trabajo se practica con alegría y entusiasmo por los venezolanos al halago de compensadoras remuneraciones y con los estímulos del ejemplo que les da el propio Jefe de la Causa, palpasteis cómo el orden señorea de uno a otro confín del país impuesto únicamente por la acción persuasiva de la enseñanza, y, en fin, os habéis dado cuenta cabal de cómo la normalidad administrativa está de manera definitiva e inconmovible establecida entre nosotros y naturalmente libres el pueblo y sus dirigentes del achaque pertinaz que les adolecía: el desasosiego político.

Las relaciones del Gobierno Nacional con los Seccionales son de verdadera cordialidad. Dentro de la bien entendida política creada merced a la evolución de Diciembre, que como talle ha correspondido obtemperar a la realización gradual y pacífica de las aspiraciones nacionales, no se han generado conflictos ni dificultades, porque una de las mayores conquistas de la Rehabilitación consiste en el buen sentido con que sus hombres -así gobernantes como gobernados- acatan el programa de la Causa. Hemos sabido ejercer nuestros derechos individuales sin eludir el cumplimiento de los deberes que éstos imponen y de ahí que en breve tiempo hayamos podido obtener un apreciable grado de adelantamiento en educación cívica. Con efecto, excede en poco a dos lustros la época que discurre y ya está extinguida en la conciencia de todo hombre honrado la idea de que las revoluciones armadas puedan ser medio para lograr ventajas de algún orden en la existencia de la República. Evolucionamos, sí, realizando nuestros más caros ideales democráticos con movimientos pausados pero seguros de que es máxima impulsora la voluntad eminentemente patriota y bien intencionada del General Juan Vicente Gómez y propulsoras todas las fuerzas vivas de Venezuela.

Al emitir las apreciaciones arriba escritas acerca de administración y política nacionales, os he hablado de los Estados, y no debo dejar de referirme a esta porción del país, asiento de los poderes de la Unión. Bajo el gobierno del General Juan C. Gómez, en quien concurren las cualidades de energía, integridad, amor a la justicia y al orden y rectitud de ánimo que ha menester un Magistrado para el leal desempeño de su misión, el Distrito Federal ha alcanzado notables progresos y los servicios municipales son atendidos con la mayor eficacia. Los habitantes de Caracas, como los de toda jurisdicción dependiente de la autoridad de tan probo ciudadano están plenamente satisfechos de ésta.

Con destino al Boletín de la Unión Panamericana, se elaboró un resumen claro, preciso y justiciero de las principales medidas administrativas dictadas por el Gobierno de Venezuela durante los años de 1909 a 1917, y cuyo resumen contiene la actuación del Benemérito General Juan Vicente Gómez como Presidente de la República. Este trabajo lo hallaréis en la Memoria que hoy somete a vuestra consideración el ciudadano Ministro de Relaciones Interiores.

La solicitud de varios extranjeros desaparecidos de sus países nativos y llegados a nuestras playas, se ha llevado con el mayor empeño y eficiencia cada vez que tanto por la vía diplomática como por gestiones de carácter privado lo han requerido sus Ministros o familiares, denotando así el espíritu de fraternidad humana que priva en el ánimo del Gobierno, y el deseo de servir a los países que llevan relaciones de amistad con Venezuela. El favorable resultado de las gestiones oficiales, ha ido, como es natural, controlado lógicamente con las previsivas medidas y sabias leyes emanadas del Congreso, en lo relativo a los requisitos que debe llenar todo extranjero arribado al territorio de la República, a efecto de que en caso de cualquiera inquisición, pueda exhibir sus credenciales de nacionalidad, ya que, a la sombra de la liberalidad gubernativa no sería nunca lícito amparar y confundir los elementos honrados de cualquier región del mundo con los que, de índole criminal y aventurera, quieren encubrir sus fechorías bajo la salvaguardia de la seguridad personal que la Nación garantiza a los buenos ciudadanos.

Signo muy elocuente de la pulcritud administrativa y que exhibe con la frialdad del número la austera rigidez con que se manejan las Rentas Nacionales, es la cancelación definitiva del título de Deuda Diplomática emitido por el Gobierno de la República con ocasión de las reclamaciones francesas que dieron origen al Protocolo Venezolano-Francés de 1913 y al Protocolo de Ejecución de 1915. En circular del Despacho de Relaciones Interiores se hizo saber al pueblo de Venezuela por órgano de los Presidentes de los Estados y los Gobernadores de los Territorios, que el día 1 de octubre del pasado año fue abonada a la Legación Francesa la última de las cuotas de esta Deuda cuyo monto total era de Bs. 3.000.000, dejando una vez más de manifiesto cómo fue honrada y leal la actitud del ilustre hombre público que presidió aquel arreglo diplomático, y que en la efervescencia de las pasiones del momento, sirvió de bandera de desatinos a los malos hijos de la Patria.

La importante Ley que sobre fabricación, comercio y porte de armas dictasteis en vuestra legislatura de 1919, ha dado los benéficos frutos que se propuso la iniciación bienhechora del Benemérito General Juan Vicente Gómez al recomendar su elaboración, ya que siendo efectivas las garantías de nuestro Pacto Fundamental, el pueblo de Venezuela vive consagrado a sus quehaceres habituales sin tener necesidad alguna del porte de elementos muchas veces estimulantes del delito. Ya hoy, pues, gracias a la consigna de patriotismo austero y al ejemplo edificante del primer hombre de trabajo del país, los ciudadanos de Venezuela dedican todas sus actividades al cultivo de las fuentes de la riqueza pública, y las armas y demás elementos propulsores de desgracias, se alejan de nuestro suelo o reposan en el Parque Nacional.

Ha sido constante y tesonera la acción gubernativa en el sentido de poner cese a todo tributo que no esté religiosamente sancionado por las prescripciones legales y muy especialmente en estricta observancia con las garantías que la Constitución Nacional consagra a los venezolanos en su artículo 19. Y aun cuando la tarea ocasiona continuos cuidados a la Administración Pública, ya en su generalidad se ha venido poniendo coto a los errores de interpretación que hacen confusas en las Entidades Municipales la noción de autonomía, y el comercio está seguro de que puede confiar su capital a las fluctuaciones del intercambio, siempre amparado por la más elevada idea de equidad con que el ilustre Jefe de la Causa recomienda a diario se sustenten e interpreten los sabios principios de la libertad de industria.

Presentadas al Ejecutivo Federal las Bulas Pontificias referentes a la institución canónica del Ilustrísimo Doctor Sixto Sosa, como Obispo de Guayana, el Gobierno Nacional les otorgó el “Pase”, llenándose todos los requisitos prevenidos por la ley de Patronato Eclesiástico; y habiendo el Ilustrísimo Doctor Sosa prestado la ratificación del juramento que prescribe la Ley respectiva, tomó posesión canónica de su Sede Episcopal y luego hizo los nombramientos de sus principales funcionarios, observándose en ellos todos los requisitos legales.

En virtud de la elección que tuvisteis a bien hacer en vuestras últimas sesiones del Ilustrísimo Señor Arturo Celestino Álvarez para Obispo Coadjutor del Ilustrísimo Señor Doctor Felipe Neri Sendrea, Obispo de la Diócesis de Calabozo, con derecho de sucesión, y de Monseñor Marcos S. Godoy para sustituirlo en la Diócesis del Zu1ia, ambos prelados electos prestaron los juramentos que respectivamente les correspondía prestar, conforme a la Ley de Patrono Eclesiástico, y en consecuencia fueron presentados a Su Santidad para los efectos canónicos de acuerdo con la misma Ley.

Tanto en la Arquidiócesis, como en las Diócesis de Mérida y Barquisimeto se han presentado y nombrado conforme a la Ley de la materia varios sacerdotes para Canongías y Prebendas, de acuerdo con los respectivos Prelados, quienes les han dado la institución y posesión canónica.

En estos y otros actos referentes a las relaciones del Gobierno Nacional con las autoridades eclesiásticas, se ha hecho ver la armonía que entre ellos ha reinado siempre.

La trascendental obra de la Sanidad Nacional ha sido reorganizada con la Ley que sancionasteis en vuestras sesiones de 1919 y con varios Decretos Ejecutivos reglamentarios, dictados sobre proyectos que presentó el Director de Sanidad conforme a la citada Ley que aprobó el Ejecutivo Federal.

Es evidente que el servicio a que se refiere el párrafo anterior es empresa administrativa notablemente difícil, complicada y costosa, y su organización y realización prácticas han de ser lentamente progresivas en relación al alto fin a que se dirigen; mas, es satisfactorio hacer constar que en medio de los múltiples inconvenientes que la dificultan, van siendo sensibles los favorables resultados debidos a aquella elevada iniciación gubernativa.

De acuerdo con la Ley de Sanidad que venimos mencionando, la Administración de Leprocomios Nacionales fue adscrita a la Oficina de Sanidad Nacional e igualmente el servicio de Aseo Domiciliario y Urbano de la Ciudad de Caracas, comprendido éste implícitamente en la higiene pública atribuida a la Oficina en referencia por el artículo 1 de la Ley citada.

Las relaciones exteriores de la República se han desarrollado en un ambiente de cordialidad y de decoro. Nuestra política franca y sincera, inspirada en un noble ideal de solidaridad humana, en un alto espíritu de equidad y de justicia y en clara comprensi6n de los intereses positivos de los pueblos, ha conservado y afirmado los vínculos de amistad que nos unen a todas las naciones. Uno de los actos trascendentales de nuestra política exterior ha sido nuestra incorporación a la Liga de las Naciones. En el mes de marzo de 1919, Venezuela fue invitada a concurrir a la Conferencia de Neutrales que congregó en París a los países que habían permanecido extraños a la guerra, para considerar su adhesión a la generosa iniciativa del Presidente Wilson. El Plenipotenciario de Venezuela en Francia recibió instrucciones para declarar en principio la adhesión de la República a la idea de la Liga, reservando la consideración de los detalles de esta organización para cuando el Pacto de la Liga, en forma definitiva, fuera oficialmente comunicado a los países invitados. El 11 de enero del presente año su Excelencia el señor Clemenceau, Presidente del Consejo de Ministros de la República Francesa y del Consejo Supremo de las Naciones aliadas, me dirigió por medio de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, un cablegrama en que participaba que habían sido canjeadas las ratificaciones del Tratado de Paz de Versalles. El texto de este cablegrama y el de su contestación os será presentado en la Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores. El Gobierno de Venezuela aceptó la invitación que se le había hecho en el anexo del Pacto de la Liga de las Naciones y ofreció depositar su adhesión en la Secretaría de la Liga en el término de dos meses fijado en el artículo 1 del Pacto. Así se hizo oportunamente, y el 3 de marzo último nuestro Plenipotenciario en París, cumpliendo instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, presentó formalmente el acto de adhesión de Venezuela. En el instrumento diplomático de adhesión se reservó al Congreso la consideración y ulterior ratificación de este acto del Ejecutivo. Este instrumento diplomático os será sometido en la Memoria del Departamento de Relaciones Exteriores.

El Gobierno de Venezuela fue invitado a adherir a la Convención sobre tráfico de armas y municiones, suscrita por todas las potencias signatarias del Tratado de Paz en Saint Germain-en-Laye el l0 de septiembre de 1919.

Esta Convención reserva el derecho de adquirir armas y elementos de guerra a los Gobiernos de los Estados contratantes, y esta estipulación es conveniente para la conservación de la paz internacional e interna de las Naciones. El Gobierno de Venezuela declaró oportunamente su adhesión al Convenio de Saint Germain-en-Laye reservando al Congreso su consideración y aprobación.

Las Naciones signatarias del Tratado de paz suscribieron una Convención para establecer el régimen jurídico internacional de la navegación aérea. Esta Convención reconoce en sus cláusulas generales la soberanía de cada Estado sobre su espacio aéreo. Después de meditado estudio, el Gobierno ha creído conveniente adherir al Convenio y regularizar el tráfico internacional de las aeronaves. Cuanto al tráfico de estas aeronaves en el espacio aéreo de Venezuela, el Gobierno, comprendiendo la utilidad de este servicio y el impulso que la rapidez de este medio de comunicación puede prestar al desarrollo del país, ha preparado un proyecto de legislación que será oportunamente sometido a vuestra consideración por los Departamentos respectivos.

El Gobierno de Venezuela ha sido invitado a la Conferencia Internacional sobre Telegrafía sin hilos, que se reunirá en Washington en octubre de este año. Se ha aceptado la invitación y se han nombrado los Delegados que representarán al país.

El Gobierno de Venezuela ha concurrido a la Conferencia Internacional del Trabajo, a la Conferencia Comercial Americana y a la Conferencia Financiera, que se reunieron en Washington en julio y noviembre de 1919 y en enero del presente año. Los informes de los Delegados, los acuerdos y recomendaciones de las Conferencias, y la indicación de las medidas legislativas que sean necesarias para adoptar en el derecho interno los acuerdos de dichas Conferencias, os serán sometidos en la cuenta de los respectivos Departamentos.

Atento el Gobierno al problema vital del desenvolvimiento del país, ha concurrido a las Exposiciones Internacionales como la Feria de Lyon, la Exposición de Barcelona; concurrirá a la Conferencia para estudiar la condición de los marinos, que se celebrará en Génova, y se hará representar en la Conferencia para el estudio de las casas económicas, que se reunirá en Londres.

En conformidad con las recomendaciones de la Conferencia Internacional del Trabajo, los Departamentos del Ejecutivo han trabajado de acuerdo en un proyecto de legislación que estimule y proteja el trabajo nacional. Con una mira humanitaria y con un alto espíritu de justicia, de previsión y de asistencia social, el Ejecutivo ha estudiado los medios de hacer más feliz, elevar en decoro y bienestar la vida del obrero que trabaja por la prosperidad del país y cuya labor silenciosa y humilde es la fuerza más pujante en el movimiento de desarrollo de nuestra nacionalidad. Armonizar el capital y el trabajo, facilitar la construcción de moradas económicas, proveer a la reglamentación del trabajo de las mujeres y de los niños, a la salubridad de los talleres, a las indemnizaciones por accidentes del trabajo, son tópicos de una labor legislativa que el Gobierno recomendará a vuestro espíritu de justicia.

La Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores describirá la labor asidua, inspirada en fervor patriótico y en amplia previsión del porvenir de la República, que el Gobierno ha realizado en favor de la organización y el desarrollo del comercio exterior del país. Apenas concluyó la guerra, el Gobierno preparó reflexivamente un plan de política económica que puesto en vigor con celeridad de acción y acierto en los métodos, está ya dando palpables resultados para la prosperidad de las industrias en el interior y la expansión de nuestro comercio en el exterior. Agentes comerciales encargados de estudiar las condiciones del tráfico, de informar exactamente al Gobierno sobre las necesidades de los mercados extranjeros y las posibilidades de exportación de Venezuela, de exponer en conferencias, en la prensa, en informes correctos y precisos las condiciones actuales de nuestro país, han atraído una corriente de comercio y de capitales y han estimulado un movimiento de expansión de nuestra actividad económica, que ya se traduce por una creciente prosperidad de nuestra industria y manifestaciones vigorosas de la vitalidad nacional.

A todos los puntos estratégicos para el comercio se han enviado Agentes Consulares, que vigilen nuestros intereses, protejan nuestros derechos y, por una discreta e infatigable labor de divulgación, exhiban la riqueza de nuestro suelo, la energía de nuestras fuerzas de trabajo, y contribuyan a hacer estable en el presente y más grande en el porvenir este momento de prosperidad.

Enviados especiales han ido a países que hasta ahora no mantenían relaciones de comercio con el nuestro, a estudiar en el Extremo Oriente, en el Extremo Norte de Europa y en las nacionalidades que se forman en la Europa Central, mercados nuevos para nuestros productos.

Para reglamentar la labor de los Agentes viajeros de comercio se celebró un Convenio con los Estados Unidos de América el 4 de julio de 1919. En este Convenio se han concedido recíprocamente facilidades a los Agentes de los dos países. El comercio entre Venezuela y los Estados Unidos ha aumentado con mutuo provecho en los últimos años y está destinado a seguir creciendo, y estos vínculos de interés y de colaboración estrechan los lazos que ligan a los dos países.

Próximamente será inaugurada con la solemnidad propia de la ocasión la Estatua del Libertador en el Parque Central de Nueva York. El símbolo más preclaro de nuestra gloria nacional será una prenda de nuestra constante simpatía y un testimonio de perdurable amistad para la gran nación americana.

Tengo la complacencia de anunciaros que las cuestiones pendientes con el Reino de los Países Bajos han sido materia de negociaciones que han concluido felizmente en un acuerdo entre los dos Gobiernos, que resuelve de modo enteramente satisfactorio para los dos países las dificultades que habían interrumpido las relaciones diplomáticas. Tengo la esperanza de que el Proyecto de Convenio en el cual están de acuerdo las dos Cancillerías podrá ser firmado en tiempo oportuno para someterlo a vuestra aprobación en las actuales sesiones del Congreso.

El Arbitraje de la cuestión de límites con Colombia ante el Consejo Federal de la Confederación Helvética se ha proseguido regularmente conforme al procedimiento fijado por la Convención de 1916 y a las reglas establecidas por el Árbitro. La Réplica de Venezuela será presentada el 30 de junio próximo, y ya el Plenipotenciario de la República ha recibido instrucciones cuidadosamente elaboradas por el Ministerio de Relaciones Exteriores para la redacción del Alegato.

En el orden fiscal acusa el año una extraordinaria prosperidad de la Renta Pública que llegó a la suma de Bs. 78.953.713, o sean Bs. 28.782.178,92 más que en el año de 1918, último de la guerra. Tocan en este aumento Bs. 14.670.573,83 a la Renta Aduanera y Consular y Bs. 14.111.605,09 a la Renta Interna. La exportación de nuestros productos agrícolas que alcanzaron altos precios en los mercados extranjeros, el aumento de los capitales y el desarrollo de nuestras industrias en ese período, corresponden y aún superan al rápido' incremento de los ingresos nacionales. Lo cual demuestra que a favor del orden administrativo, de la consagración exclusiva al trabajo, de los beneficios de la paz, bienes que ha hecho reales y permanentes la acción firme y patriótica del General Juan Vicente Gómez, el país desarrolla con prosperidad más creciente cada día sus inagotables recursos económicos.

El aumento de la Renta, su administración y recaudación, la legalidad de su inversión, la exactitud de su contabilidad, la fatalidad de su examen, revelan la superioridad de los métodos adoptados para renovar nuestro organismo fiscal y dotar con los adelantos de los días actuales la estructura de nuestra Hacienda Pública. Con efecto, la labor del Despacho de Hacienda ha sido igualmente eficaz y activa, no sólo en la ejecución de las leyes y la realización de las reformas fiscales, sino también en el desarrollo del vasto plan con que se viene organizando la Hacienda Nacional. A esto se debe, entre otras medidas, la nueva Contabilidad Fiscal mandada cumplir por Resolución Ejecutiva de 28 de octubre de 1919, con la cual se reformó completamente la contabilidad que rigió durante más de cincuenta años en el antiguo sistema fiscal, utilísima entonces para el Tesoro Nacional del que fue en muchas ocasiones salvaguardia fiel, y que honrará siempre a su fundador Don Juan Bautista Vidal, uno de aquellos patricios que trabajaban en silencio por el bien de la República y cuya memoria merece los honores del mármol.

Se ocupó también el Ministerio de Hacienda en los estudios de la Sección Venezolana de la Alta Comisión Interamericana relativos a los puntos de mira de la Conferencia Financiera que debía reunirse en Washington el 12 de enero de 1920. En estos estudios se expone con sereno criterio nuestra situación fiscal y económica y la aspiración de Venezuela de cooperar cordialmente al acercamiento de los intereses económicos de los pueblos de las tres Américas, propósito de fácil realización, porque aun conservando cada pueblo, como debe hacerlo, las leyes que le son indispensables por su índole, su historia, su configuración geográfica y su régimen administrativo, puede adoptar todas aquellas leyes y reglamentos que en armonía con sus condiciones peculiares, tienden a hacer de todo pueblo civilizado un factor eficiente en el progreso universal.

Bajo la siempre aceptada dirección del Ciudadano Comandante en Jefe del Ejército, General Juan Vicente Gómez, a cuya competencia corresponde este ramo, el Despacho de Guerra y Marina, ha mantenido con igual interés, la actividad de acción en todo lo relativo a la conservación y mejoramiento de las favorables condiciones alcanzadas por el Ejército y la Marina, merced a los esfuerzos perseverantes del Benemérito Jefe de las Armas Nacionales.

El Ejército, debidamente atendido, tanto en su equipo como en sus necesidades de avituallamiento e higiene, se mantiene en el más satisfactorio estado de organización, instrucción y disciplina y sus elementos nada dejan que desear en lo relativo a cohesión y espíritu de cuerpo.

En cumplimiento de la Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar, sancionada por vosotros en el año próximo pasado, se han dictado todas las medidas y disposiciones para su cabal aplicación y se efectúan en la actualidad las inscripciones en los Estados con toda regularidad.

El día 15 de febrero fue entregado por el Despacho de Obras Públicas el nuevo edificio de la Inspectoría General del Ejército, cuya construcción fue ordenada por Decreto Ejecutivo del 24 de febrero de 1917. Este magnífico edificio fue inaugurado el 24 de julio de 1919. De todo lo relacionado a mejoras y reparaciones de los demás edificios militares, os da cuenta el Ministro del ramo.

Las unidades de la Armada Nacional se encuentran actualmente en perfecto estado de conservación, y os haré mención especial del crucero “Mariscal Sucre” que fue reparado últimamente en el Astillero de Puerto Cabello y ha mejorado mucho sus condiciones. El transporte “Zamora” ha sido de nuevo arrendado a la Compañía de Navegación Venezolana y, con el nombre de "Guárico" presta en la actualidad importantes servicios a nuestra marina mercante.

En el Astillero Nacional se han verificado apreciables adelantos, entre otros, la prolongación del Taller de Fundiciones, al cual se dotó de nuevos hornos. En este establecimiento se han reparado todos los buques de la Armada, los de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, muchos buques más nacionales y extranjeros; y se ha atendido a todos los servicios del Gobierno y de los particulares. Durante el año de la cuenta, el Astillero recaudó por derechos cobrados a particulares la cantidad de Bs. 420.348,70, importó mercaderías y máquinas por valor de Bs. 335.636,11, gastó en personal fijo la suma de Bs. 118.100,27 y en su personal laborante Bs. 282.400,65, compró mercaderías en el país por valor de Bs. 43.906,22, efectuó trabajos al Ejecutivo Nacional por valor de Bs. 520.829,83, y arroja como utilidad líquida la cantidad de Bs. 510.107,26.

Un progreso de trascendencia se ha alcanzado recientemente en nuestra preparación militar. Los ejércitos modernos están en posesión del arma aérea y el nuestro ha venido careciendo de ese poderoso auxiliar que prestó tantos y tan invalorables servicios durante la terrible guerra que ensangrentó al mundo hasta las postrimerías de 1918. Previsivo el General Juan Vicente Gómez indicó al Gobierno, en su carácter de Jefe Supremo de las Armas Nacionales, la necesidad de disponer lo conveniente para que el ejército venezolano adquiriera en breve esa utilísima arma de defensa y de combate. En tal virtud, se dictó hace pocos días un Decreto por el cual se crea la Escuela de Aviación Militar de donde han de salir los Pilotos, Observadores, Artilleros aéreos y Mecánicos que han de desempeñar el nuevo servicio con que ganará en eficiencia nuestro Ejército.

Ya están comprados tres aeroplanos de muy buena calidad que han sido trasladados a Maracay y puestos a la orden del Comandante en Jefe del Ejército, y en la misma ciudad se procede a los trabajos preliminares de la Escuela, como construcción de hangares, aeródromos, etc., etc. Los otros aparatos de guerra y de enseñanza están para llegar, pues, la suma necesaria con que se les ha adquirido fue girada a la fábrica que los vende en Europa. Además, se cuenta con parte del personal técnico que iniciará de una vez esa labor de positivo adelanto en la reforma de nuestro Ejército. La aviación militar venezolana es, en consecuencia, un hecho cumplido, una reciente e inequívoca prueba que nos da el austero General Juan Vicente Gómez de cómo “prefiere siempre la obra a la promesa”. Cuando él insinuó al Ejecutivo, que podía expedir el Decreto creando la Escuela de Aviación, es porque tenía ya a la mano los elementos indispensables para establecerla. Pronto, y debido a tan eficaz previsión, veremos surgir del seno de esa Escuela de intrepidez y de noble emulación en el desprecio al peligro, a los futuros héroes del cielo patrio, a los que defenderán desde el espacio azul la paz y el honor nacional, obedientes a la voz de mando del glorioso vencedor de Ciudad Bolívar y El Guapo.

Cuanto al fomento de las riquezas naturales en que abunda el territorio nacional, el Despacho respectivo ha tenido por normas principales, al mismo tiempo que una vigilancia constante por que el Fisco no sufra menoscabo alguno en sus derechos, merced a la más estricta aplicación de la ley, un celo escrupuloso por la protección amplia y franca de todo interés legítimo, siempre que esté suficientemente garantizado. Así, en lo referente a la industria minera, la explotación, encauzada por la vía de los métodos más seguros y remuneradores, ha dado en el año de la cuenta los halagüeños resultados de que son claro testimonio los numerosos contratos que constan en la Memoria respectiva, manifestando en qué grado el subsuelo venezolano, por su riqueza de yacimientos minerales y de hidrocarburos, ha sido sitio preferente de elección para los capitales extranjeros, y, como dato más elocuente aún, el exceso de más de un millón de bolívares que la Renta de Minas alcanzó en el último año, comparativamente con el anterior.

En lo referente a Tierras Baldías, los trabajos del levantamiento del Catastro continúan con la mayor actividad.

La explotación de nuestra riqueza forestal ha merecido especial cuidado últimamente, por lo fructuosa que será en lo porvenir como ramo de Renta. El Ministerio respectivo ha dictado las medidas pertinentes para librar a nuestros bosques de la total destrucción a que estaban expuestos por el lamentable empirismo que, en sus métodos de cultivo, seguían hasta ayer nomás nuestros explotadores, y gracias al empeño desplegado por los funcionarios respectivos, bien aleccionados en cada caso por el Ministerio, las explotaciones hoy se practican con arreglo a los métodos científicos más modernos. Objeto de cuidadosa atención ha sido igualmente la explotación de maderas en los terrenos baldíos. Al reglamentar este ramo de Renta, el Ejecutivo Federal ha logrado, entre otros fines, evitar la explotación clandestina, atentatoria por todos respectos a los intereses públicos, y proporcionar al capital nueva y copiosa fuente de utilidades, como lo pone de manifiesto el considerable número de empresas particulares establecidas en el año último.

Como medida protectora de los bosques, para la conservación de las aguas, se ha aplicado estrictamente la ley con el propósito de extirpar totalmente la nefasta práctica de las rozas y quemas de montes; y a fin de conservar las fuentes de la cuenca del río Caurimare, en el Estado Miranda, que sufría visiblemente con los trabajos de labranza de los predios cercanos, resolvióse adquirir el fundo denominado “San Rafael” o “Cerro de Arvelo”, que fue adscrito luego a la Estación Experimental de Agricultura y Selvicultura, instituto éste que por los satisfactorios resultados obtenidos, movió al Ejecutivo Federal a ampliar su acción, estableciendo otro igual en la ciudad de Maracay, que funciona con éxito cada vez mayor desde hace varios meses.

Párrafo aparte merece, por lo significativa que es del espíritu de progreso que caracteriza todos los actos del Gobierno de la Rehabilitación Nacional, la constancia demostrada últimamente en el sentido de lograr que Venezuela participe al cabo definitivamente, de los cuantiosos beneficios que la inmigración ofrece a los países como el nuestro, ricos en recursos naturales y felizmente preparados para sacar el mayor provecho de ellos. El Ejecutivo Federal, teniendo en cuenta que los efectos de la pasada guerra traerían una fuerte corriente migratoria encauzada del viejo mundo hacia los pueblos de América, preparóse oportunamente para lograrle a Venezuela de tal coyuntura las mayores ventajas posibles, valiéndose para ello, especialmente, de las facilidades que le prestan el crédito de que el país goza en el extranjero y la confianza que a propios y a extraños brinda la normalidad constitucional en que se desenvuelve la vida económica. Para la selección de elementos, trabajo y orden aptos para constituir una inmigración favorable al país en todos respectos, designóse, como Agente Especial en el Exterior, a persona idónea y de suficiente crédito personal y social, cuyas gestiones hasta el presente hacen augurar los más felices resultados.

Por la satisfacción que no puede menos de proporcionar al Gobierno su estímulo en casos tales, es oportuno recordar el éxito brillante alcanzado por la Exposición iniciada por el periódico “La Hacienda” y a la cual le fue prestada oficialmente valiosa ayuda monetaria por conceptuada, como lo fue en verdad, claro exponente del progreso realizado por nuestra actividad fabril, mercantil e industrial en estos últimos tiempos.

En lo referente a la comunicación postal y telegráfica el Gobierno Nacional, mediante disposiciones encaminadas, por una parte, a corregir ciertas deficiencias que aún entorpecían ambos servicios y, por la otra, a facilitar su desarrollo lo más posible, ha procurado, con empeño creciente, ponerlos en capacidad de poder prestar a la industria y al comercio principalmente, de una manera eficaz y oportuna la ayuda que reclaman tan importantes fuentes de riqueza. El Telégrafo Nacional, además, desde el punto de vista económico, considerado únicamente como fuente de ingresos, ha alcanzado una importancia considerable, como jamás la había tenido anteriormente, hasta el punto de que el rendimiento en el último año excede de Bs. 800.000.

Una nueva medida de progreso, cuya realización dará mayor lucimiento a la memoria que la Administración Pública actual habrá de dejar en los anales de Venezuela, es la que tiende al establecimiento de la telegrafía inalámbrica. El Gobierno Nacional con fecha 15 de octubre del año último, abrió a licitación la construcción, en los alrededores de Caracas, de una estación que le permita a Venezuela comunicarse con Europa directamente y también con los Estados Unidos de América, reservándose él para sí la explotación del servicio. Como son numerosas las noticias de peticiones de informes que el Ministerio del ramo ha tenido al respecto, es de esperarse que la licitación sea lo más satisfactoria posible para el Gobierno. Además, como medida previa, se dispuso el envío a los Estados Unidos, para que perfeccionasen sus conocimientos en la materia, a tres de los estudiantes más aprovechados entre los que seguían el curso de telegrafía inalámbrica en la Escuela que funcionaba a bordo del crucero “Mariscal Sucre”. Y es de justicia hacer constar que el aprovechamiento que hasta ahora han demostrado dichos estudiantes ha sido objeto de honrosas distinciones para Venezuela.

Cuanto al Censo Nacional, cuyo levantamiento dispusisteis en el año último, ya se han obtenido los datos de algunas de las regiones del país y están al concluirse totalmente los resúmenes de otras; entre ellas el Distrito Federal. La Oficina respectiva labora con verdadero entusiasmo y consagración plausible a fin de que la obra corresponda en un todo al deseo del Gobierno y satisfaga la imperiosa necesidad que, por falta de ella, se hacía sentir en el conocimiento de la marcha de nuestros fenómenos sociales y económicos, desde hacía muchos años.

En el Departamento de Obras Públicas se ha continuado desarrollando con la mayor perseverancia el interesante programa formulado a este respecto por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las constantes y acertadas indicaciones del General Juan Vicente Gómez, quien, con su espíritu práctico y altamente patriota, ha sido siempre el más eficiente propulsor del progreso en este importante ramo del Gobierno.

El primer capítulo de dicho programa lo constituye la red de nuestras vías de comunicación y de transporte, cuyas arterias fundamentales son, como se sabe: la Gran Carretera Occidental de Venezuela, de extraordinaria trascendencia, como que abarca los extensos territorios comprendidos entre esta capital y la ciudad de San Antonio, en los límites con Colombia, a través de ocho divisiones políticas de la República: el Distrito Federal, y los Estados Miranda, Aragua, Carabobo, Cojedes, Portuguesa, Zamora y Táchira; y la Gran Carretera Oriental, de no menor importancia, que habrá de llevar la civilización y el progreso a todas nuestras regiones orientales, directamente, o por medio de sus numerosos ramales. Los trabajos de estudio y de construcción de ambas arterias se han proseguido en el reciente año sin interrupción alguna; habiendo practicado últimamente en la primera de ellas el ciudadano Ministro de Obras Públicas, una visita de inspección a todo lo largo de su extenso itinerario, con el saludable propósito de darle mayor impulso a los trabajos, de procurar en éstos la uniformidad requerida y de resolver los numerosos problemas técnicos y administrativos que envuelve la realización de tan importante obra.

Además de los trabajos concernientes a las dos arterias mencionadas, el Gobierno Nacional ha seguido ocupándose con especial interés en los estudios, construcción, conservación y reforma de las carreteras de penetración del país, es decir, de las vías que unen o han de unir con aquéllas a los puertos de nuestras costas marítimas y de las riberas del Orinoco, para completar así, de modo enteramente satisfactorio, el diagrama general del sistema proyectado de nuestras vías de comunicación. Entre estas carreteras de penetración pueden contarse como las principales: la Carretera Central del Táchira, terminada hace ya algunos años, y cuyo ramal hacia Ureña y San Antonio está concluido y en vías de ejecución bastante adelantado el ramal a Rubio; la Carretera Central de Mérida, que debe construirse como prolongación del Ferrocarril de Santa Bárbara al Vigía; la Carretera Central de Trujillo, que hace ya sus servicios satisfactoriamente entre la población de Motatán y la capital de aquel Estado; la Carretera Central del Estado Falcón, continuada por Carora y El Tocuyo y luego hasta la población de Guanare; las dos Carreteras terminadas de un todo, entre Puerto Cabello y San Felipe y entre el mismo puerto y Valencia, con sus respectivas prolongaciones hacia el interior del país, a través de regiones de exuberante producción agrícola; la Carretera de Ocumare de la Costa a Maracay, de extraordinario interés desde diversos puntos de vista, y la importantísima vía de nuestros Llanos, desde el centro de los valles de Aragua hasta el puerto de San Fernando de Apure; la Carretera de La Guaira a Caracas y su prolongación hacia los feraces valles del Tuy; la Carretera de Caracas a Guatire, que atraviesa una región privilegiada que puede considerarse como el granero principal de la capital de la República; la Carretera de Barcelona a Soledad, en el Estado Anzoátegui; la de Cumaná a Cumanacoa y de Campano a Tunapuy, en el Estado Sucre; la de Puerto Francés a Maturín, en el Estado de este nombre y por último la Carretera que liga el río Orinoco con la región minera del interior de la Guayana del Estado Bolívar, la cual, a más de ser en realidad una vía de penetración, forma la extremidad de la Gran Carretera Oriental de Venezuela.

Todas estas vías, de primordial importancia, unas construidas o en construcción y otras en estudio, han sido objeto de preferente atención en el último año por parte del Ministerio de Obras Públicas.  
              
En este mismo ramo de nuestras vías de transporte, es del caso mencionar la reconstrucción del ferrocarril nacional de Santa Bárbara al Vigía hasta su estación terminal en el kilómetro 60, y la difícil desviación del río Chama llevada a cabo para impedir que sus aguas torrentosas continuasen invadiendo el trazado de aquella línea y destruyendo sus instalaciones; obras estas de progreso, de sumo interés para la facilidad de las comunicaciones en los Estados Mérida y Zulia, y cuyas dificultades técnicas y de ejecución habían constituido hasta ahora un obstáculo insuperable para su realización definitiva.

La Memoria del Departamento respectivo contiene abundante acopio de pormenores acerca de este importante asunto.

Los trabajos concernientes al segundo capítulo del programa de nuestras obras públicas, que comprende los acueductos de nuestras poblaciones, están representados en esta vez, en primer término, por las obras complementarias del Acueducto de Caracas, a saber, el abrigo del Estanque de distribución existente en el Paseo de Independencia con una cubierta de concreto armado y el estudio de una planta moderna de purificación de las aguas para hacer del todo satisfactorias sus condiciones salutíferas; y luego, por la terminación de la parte matriz del nuevo Acueducto de La Guaira, por el estudio de la distribución de aguas en el recinto de la misma población, por algunos trabajos complementarios y de perfeccionamiento del Acueducto de Barquisimeto, por la construcción del Acueducto de Caraballeda, y finalmente por los interesantes estudios comenzados a practicar en los alrededores de Ciudad de Cura para el aprovechamiento de las aguas de invierno del río Guárico; plan este último de carácter trascendental, que habrá de tener extenso campo de aplicación en muchas comarcas del país, donde las aguas potables son escasas o están muy distantes de las poblaciones.

En cuanto al desarrollo y fomento de nuestros puertos y muelles, debo dar cuenta en primer lugar del grandioso propósito de establecer uno o más puertos internacionales de depósito en nuestro extenso litoral, con el fin de ofrecer las mayores facilidades posibles a nuestro comercio con el exterior, propósito éste en gestación en el ánimo del Gobierno Nacional desde hace algún .tiempo y acerca del cual el Ministerio de Obras Públicas ha venido reuniendo todos aquellos datos e informaciones que habrán de necesitarse para llevar a cabo las obras marítimas que implicaría la realización de semejante proyecto.

Se han continuado los trabajos de reconstrucción del Muelle de Guanta con obras de concreto armado; ha sido concluido el Muelle de Pampatar y sus obras anexas; y se han efectuado nuevas reparaciones en los Muelles de Puerto Cabello y Maracaibo.

Referente a esta materia, debo informaros de una controversia ocurrida últimamente entre el Ministerio de Obras Públicas y la Corporación del Puerto de La Guaira, con motivo del aumento de las tarifas para el servicio de los muelles; aumento que consideraba justificado dicha Compañía por los mayores salarios que tiene que pagar hoya los empleados de la Caleta para la movilización de las mercancías y por el alza actual en los precios de los materiales necesarios a la conservación de las obras de aquel puerto. El Ejecutivo Federal, como parte contratante, y asumiendo la defensa y protección de los intereses de la comunidad, ha considerado de su deber negar su aprobación al referido aumento, basándose en razones de equidad y de derecho, que se exponen en los documentos respectivos; mas no habiendo podido llegar a un avenimiento con la referida Compañía, ha sometido el punto a la decisión de la Corte Federal y de Casación.

En cuanto a las obras de ingeniería sanitaria, acometidas de manera intensiva por el Ejecutivo Federal en estos últimos años, con el propósito de llevar nuestros servicios de sanidad a la altura exigida hoy por la ciencia moderna y por la práctica de las naciones civilizadas, debo referirme aquí a las siguientes: conclusión del Hospital de Aislamiento en los alrededores de la ciudad de Caracas, que fue solemnemente inaugurado el 24 de julio del año retropróximo; los trabajos y diligencias preliminares para la construcción de las Estaciones de Cuarentena en La Guaira y Puerto Cabello; y muy especialmente la ejecución de la red de cloacas de Caracas, obra esta de grande aliento, decretada por el Gobierno Nacional el 13 de junio de 1919 y cuya construcción en extensas proporciones está actualmente en plena actividad.

El acometimiento de los trabajos de las cloacas de Caracas de modo definitivo y con grande acopio de recursos, de conformidad con un plan maduramente concebido, y que al mismo tiempo que no sea dispendioso satisfaga los principios científicos modernos es un paso de la mayor trascendencia que hará época sin duda en los anales de nuestro progreso material, no sólo por la inmensa utilidad que habrá de reportar a la capital de la República, sino por las dificultades económicas hasta ahora consideradas como insuperables que desde largos años se han opuesto siempre a su realización. Esta obra extraordinaria será de hoy más una gloria inmarcesible para el Gobierno de la Rehabilitación Nacional y para el ilustre Jefe de la Causa.

Antes de cerrar estas líneas, concernientes al importante ramo de nuestras obras públicas, réstame aún hacer mención de una elegante obra arquitectónica recientemente concluida e inaugurada en esta capital el día 24 de julio de 1919: el hermoso edificio construido frente al Palacio de Miraflores con destino a la Inspectoría General del Ejército, y cuyas excelentes condiciones son ya bastante conocidas del público de Caracas por haber servido de asiento provisionalmente a la Exposición de nuestros productos industriales, abierta el 19 de diciembre del año próximo pasado y promovida por el periódico “La Hacienda”.

Quedan así expuestas a manera de resumen las labores más notables del Departamento de Obras Públicas en el curso del último año, dejando al Ministro del ramo la tarea de especificarlas convenientemente y de referirse a otras muchas obras que han sido realizadas.

El Ministerio de Instrucción Pública ha continuado perfeccionando la organización de la enseñanza primaria, estimulando la asistencia escolar y creando nuevos planteles graduados. El problema de la asistencia ha sido uno de los que más dificultades ha presentado, pero ya se ha logrado imponer la obligación de asistir a la Escuela en muy importantes porciones del territorio venezolano y además, con la creación de un premio en dinero para las personas que enseñen niños menores de catorce años por su cuenta particular, se facilita para todo el país la enseñanza primarias, base indispensable de todas las demás formas de enseñanza. En ese sentido el Ministerio del ramo ha sido infatigable, pues no difundir la instrucción primaria, equivale a estancar el progreso intelectual en los cerebros privilegiados.

Para las nuevas Escuelas “José Vicente Unda” en Pedraza y “Alí Gómez” en Mariara, está construyendo el Ministerio de Obras Públicas locales especiales y se ocupa, con verdadera competencia, de estudiar el modelo práctico para establecer en todo el país la casa-escuela, la universidad del pueblo.

En la Escuela Modelo de Caracas construida por orden del General Juan Vicente Gómez para el Centenario, instaló el Gobierno un estanque de natación que fue inaugurado el 24 de julio, con el propósito de facilitar el aprendizaje de tan higiénico deporte; cerca de la Escuela de Medicina ha establecido un campo de “tennis” y ha fomentado las clases de gimnasia y los juegos que contribuyen a la cultura física de la nación.

Se ha ocupado el mismo Despacho de realizar la enseñanza secundaria y se empeña en que sea efectiva la práctica que exige la ley, a cuyo efecto viene dotando los Liceos y Colegios con elementos de Laboratorio. Transcurridos los tres años que daba la Ley de 1915 para la admisión de alumnos con certificados particulares, es hoy requisito indispensable que los que vayan a cursar las materias correspondientes al Bachillerato posean el Certificado de Instrucción Primaria Superior expedido por el Consejo de Instrucción. Durante el año de 1919 el Gobierno dotó las Cátedras de Trabajos Prácticos de los cursos especiales con profesores y elementos.

El Ministerio ha iniciado, además, la enseñanza del inglés en las escuelas primarias y ha adquirido equipos completos de “Cortinaphone” para los institutos federales de la República.

Los planteles de Caracas concurrieron con importantes trabajos a los certámenes organizados por el periódico “La Hacienda”.

Se ha tomado igualmente el mayor interés por el buen funcionamiento de los Institutos que corresponden a la importante rama de la Instrucción Superior, y a este efecto ha creado nuevos cursos en algunos de ellos, ha hecho mejoras de importancia en los edificios y les ha venido suministrando el material de enseñanza necesario. Entre aquéllos son de mencionarse los Cursos Libres de Trabajos Prácticos de Medicina Operatoria y de Medicina Legal y Toxicología en la Escuela de Medicina, y la Cátedra de Procedimiento Civil y de Enjuiciamiento Criminal en la Escuela de Ciencias Políticas de esta ciudad.

Para la Escuela de Medicina se ha encargado una magnífica instalación frigorífica destinada a la conservación de cadáveres y de otros materiales de enseñanza de las Cátedras de Histología, Anatomía Normal y Patológica y Medicina Legal.

Respecto a los Institutos de Extensión Universitaria, es de notar el buen estado y enriquecimiento de nuestros Museos, especialmente del Boliviano, al que ha venido haciendo múltiples y valiosos donativos el General Juan Vicente Gómez y para el cual ha obtenido el Gobierno Nacional tres volúmenes de la “Gaceta de Caracas” correspondientes a los años de 1820 y 1821, comprados al señor J. B. Pérez Soto. Igualmente fue depositado en este Museo el precioso ejemplar de la obra de J. J. Rousseau, intitulada “Du Contrat Social ou Principes de Droit Politique” que legó el Libertador, por una disposición testamentaria, a la Biblioteca de la Universidad de Caracas, y que hacía muchos años se hallaba extraviado.

Hizo el referido despacho otra preciosa adquisición histórica: la de los documentos originales correspondientes al Tomo XIII de las Memorias del General O'Leary, que habían desaparecido del Archivo de la Academia Nacional de la Historia, y que lujosamente encuadernados en un tomo se conservan actualmente en el “Archivo del Libertador”.

El Observatorio Cajigal y las Estaciones Meteorológicas y Pluviométricas han prestado muy útiles servicios, y el resultado de sus observaciones ha sido debidamente compilado en cuadros que aparecen en la Memoria respectiva. El primero de los establecimientos expresados, hizo una magnífica adquisición: el ecuatorial de la fábrica Grubb que le fue regalado generosamente por el señor H. L. Boulton, y el cual fue instalado en un nuevo cuerpo del edificio construido por órgano del Despacho de Obras Públicas.

Correspondió al año de la cuenta el centenario de una de las más gloriosas fechas en los anales de nuestra independencia: el de la trascendental Batalla de Boyacá. Para su celebración fue promovido por la Academia Nacional de la Historia un Certamen entre los escritores de las cinco Repúblicas Bolivianas con el siguiente lema: “La Batalla de Boyacá y su trascendencia en lo militar y en lo político”. Este Certamen, en el cual se adjudicaron dos premios, obtuvo el más completo éxito.

Os he dado cuenta de los actos administrativos y políticos emanados de la Presidencia Provisional durante el tiempo transcurrido desde la presentación de mi anterior Mensaje. Los datos pormenorizados acerca de esos datos los encontraréis en las Memorias de los Ministros del Despacho.

Nada que sea ingrato para vuestros espíritus patriotas he tenido que consignar en las presentes páginas, porque la marcha de los asuntos del Estado ha sido serena y de venturosos resultados, merced principalmente al concurso experto de los consejos del Jefe de la Rehabilitación Nacional, General Juan Vicente Gómez, y a la colaboración inteligente y esforzada, tanto de los altos empleados que han compartido conmigo los trabajos de la labor efectuada, como de todos los agentes del Gobierno de la República.

No es un ardid de retórico que aspira el fallo favorable del jurado ante el cual aboga, el que yo declare tener confianza plena en que vuestro juicio no me será adverso. Entre compañeros que militan con honor y lealtad en las filas de una misma Causa no cabe la lisonja ni es arbitrio el engaño. Os he hablado en el lenguaje de la verdad y de la misma manera me hablaréis vosotros al dar respuesta a este Mensaje.

Fue mi propósito ser breve al rendiros la cuenta que acabáis de oír, mas ella ha tenido que extenderse, porque la obra realizada es de magnitud y no era posible describirla en pocas páginas -así fuese circunscrita dentro de los límites de una rigurosa síntesis.

Sea el párrafo final del presente documento una excitación de cuya acogida entusiasta estoy bien seguro: mantengamos estrechamente vinculados ambos poderes: el que ejercéis y el Ejecutivo Federal, de manera que la fórmula de nuestra fe republicana continúe siendo “Patria y Unión”, la consigna dada a todos los servidores de la Causa por el Jefe Benemérito e Insustituible de ella, el General Juan Vicente Gómez.

Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
V. MÁRQUEZ BUSTILLOS.
Caracas, 29 de abril de 1920.

(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939, Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 119-141).


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