MENSAJE QUE EL DOCTOR VICTORINO MÁRQUEZ BUSTILLOS,
PRESIDENTE PROVISIONAL DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE VENEZUELA,
PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL DE 1920.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
Sean mis primeras palabras, al venir a darle cumplimiento al
artículo 80 de nuestro Pacto Fundamental, un efusivo saludo para vosotros que
al amparo de la Ley y bajo los auspicios más felices celebráis vuestras
sesiones del presente año. La Providencia que vela por la suerte de las
Naciones, y que evidentemente protege a Venezuela hace más de un decenio, ha de
asistiros en todos vuestros actos para que ejerzáis la potestad de legislar tan
sabiamente como la habéis ejercido desde que los pueblos os encomendaron esa
augusta misión.
Ingente, pero no ardua ha sido la labor administrativa durante el
año de la cuenta, porque como ha acontecido también en años anteriores, el Jefe
de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, siempre animado del
fervoroso deseo de hacerle el bien a la Patria, en ninguna ocasión ha negado al
Gobierno civil de la República los invalorables servicios de su gran
experiencia en los asuntos del Estado. Merced a sus consejos e indicaciones,
nada ha tenido de difícil la obra de la Presidencia Provisional y se han podido
obtener conquistas perdurables y de magnitud tanto en el orden económico como
en todos los órdenes que abarca la esfera de acción del Poder Ejecutivo Federal.
Si no fuera porque nunca existe criterio seguro para afirmar
cuando llegan las sociedades a la plenitud del desarrollo de su bienestar como
organismos políticos, os diría que las condiciones actuales de la República no
pueden ser mejores. A la verdad, se palpa el equilibrio de las funciones con
que se desenvuelve la Nación al impulso vigoroso y bajo la vigilancia tutelar
de los poderes que la rigen. Si antes se nos llamó país convulso, democracia
turbulenta, pueblo educado rudimentariamente para la vida ciudadana, hoy
debemos ufanamos de ser todo lo contrario. Muchos testimonios se pueden citar
de la certeza de esta afirmación y tan inequívocos que no hay mente escéptica, juicio
prevenido ni conciencia escrupulosa que se atreva a recusarlos. Uno de éstos es
el hecho de la afluencia constante de cuantiosos capitales extranjeros venidos
a Venezuela, donde han arraigado y medran empleados en empresas cuyo éxito
hubiera sido imposible, o cuando menos fruto de largos y tenaces esfuerzos, sin
nuestra sólida situación financiera y la estabilidad del orden de cosas que
discurre.
Años sucesivos de paz firme y fecunda, un honrado manejo de los
caudales públicos por los Gobiernos de la Rehabilitación, el acatamiento a la
Ley, sincera y conscientemente observado, el estímulo cuando no la protección
efectiva a las iniciativas del progreso individual, la garantía de que cada
cual gozará los rendimientos de su trabajo sin que haya listos ni poderosos que
vayan a arrebatárselos, la seguridad de cómo los holgazanes, los viciosos y los
agitadores no son ya una amenaza social, esas y muchas más ventajas, ciudadanos
Senadores y Diputados, constituyen los medios eficaces de que se ha valido el
Jefe de la Causa, Benemérito General Juan Vicente Gómez, para hacer de
Venezuela un emporio donde la sociedad y el Estado, muy lejos de ser entidades
en pugna, son fuerzas eficientes que contribuyen a un mismo fin armónico y
alto: el bienestar de la Patria.
La República ha adquirido una prosperidad insólita que ha de
aumentar día por día, porque nuestras industrias, comercio y demás fuentes de
producción adelantan sin que podamos calcular hasta qué grado de progreso
material llegarán. Una poderosa corriente de inmigración llama a nuestras
puertas, y esa circunstancia, unida a los vastos trabajos de higienización y
sanidad que se vienen practicando en el país van a eliminar de una vez y para
siempre el único inconveniente que restaba por superar como factor de la lentitud
de nuestro crecimiento nacional: la insuficiencia de gente para explotar la
riqueza de nuestro suelo. Con población bastante para hacer extensivos los
rendimientos de nuestra agricultura, darle amplio desenvolvimiento a nuestra
industria minera, llevar brazos a las inmensas y ubérrimas regiones que se
dilatan hasta nuestras fronteras con el Brasil y Colombia y hacer activas
nuestra capacidad y facilidades para producir muchos de los efectos que
importamos y cuyas materias primas poseemos en abundancia, habremos solucionado
el problema vital que aún nos faltaba por abordar con éxito.
Bien sabéis cómo el cuadro que os presento del estado en que se
encuentra la República no es fantasioso ni siquiera una pintura más o menos
real que trazo influenciado por el ambiente de optimismo que nos circunda.
Antes de escuchar estas cláusulas compendios as del lenguaje oficial en que os
hablo, habíais visto ya cómo Venezuela está cruzada por amplias y estables vías
de comunicación que han permitido a algunos de vosotros recorrer en automóvil
centenares de kilómetros para venir desde la Cordillera a Caracas, teníais la
evidencia de cómo nuestros artículos de exportación se cotizan a precios muy
altos en los mercados extranjeros, observasteis cómo el trabajo se practica con
alegría y entusiasmo por los venezolanos al halago de compensadoras remuneraciones
y con los estímulos del ejemplo que les da el propio Jefe de la Causa,
palpasteis cómo el orden señorea de uno a otro confín del país impuesto
únicamente por la acción persuasiva de la enseñanza, y, en fin, os habéis dado
cuenta cabal de cómo la normalidad administrativa está de manera definitiva e
inconmovible establecida entre nosotros y naturalmente libres el pueblo y sus
dirigentes del achaque pertinaz que les adolecía: el desasosiego político.
Las relaciones del Gobierno Nacional con los Seccionales son de
verdadera cordialidad. Dentro de la bien entendida política creada merced a la
evolución de Diciembre, que como talle ha correspondido obtemperar a la
realización gradual y pacífica de las aspiraciones nacionales, no se han
generado conflictos ni dificultades, porque una de las mayores conquistas de la
Rehabilitación consiste en el buen sentido con que sus hombres -así gobernantes
como gobernados- acatan el programa de la Causa. Hemos sabido ejercer nuestros
derechos individuales sin eludir el cumplimiento de los deberes que éstos
imponen y de ahí que en breve tiempo hayamos podido obtener un apreciable grado
de adelantamiento en educación cívica. Con efecto, excede en poco a dos lustros
la época que discurre y ya está extinguida en la conciencia de todo hombre
honrado la idea de que las revoluciones armadas puedan ser medio para lograr
ventajas de algún orden en la existencia de la República. Evolucionamos, sí,
realizando nuestros más caros ideales democráticos con movimientos pausados
pero seguros de que es máxima impulsora la voluntad eminentemente patriota y
bien intencionada del General Juan Vicente Gómez y propulsoras todas las
fuerzas vivas de Venezuela.
Al emitir las apreciaciones arriba escritas acerca de
administración y política nacionales, os he hablado de los Estados, y no debo
dejar de referirme a esta porción del país, asiento de los poderes de la Unión.
Bajo el gobierno del General Juan C. Gómez, en quien concurren las cualidades
de energía, integridad, amor a la justicia y al orden y rectitud de ánimo que
ha menester un Magistrado para el leal desempeño de su misión, el Distrito
Federal ha alcanzado notables progresos y los servicios municipales son
atendidos con la mayor eficacia. Los habitantes de Caracas, como los de toda
jurisdicción dependiente de la autoridad de tan probo ciudadano están
plenamente satisfechos de ésta.
Con destino al Boletín de la Unión Panamericana, se elaboró un
resumen claro, preciso y justiciero de las principales medidas administrativas
dictadas por el Gobierno de Venezuela durante los años de 1909 a 1917, y cuyo
resumen contiene la actuación del Benemérito General Juan Vicente Gómez como
Presidente de la República. Este trabajo lo hallaréis en la Memoria que hoy
somete a vuestra consideración el ciudadano Ministro de Relaciones Interiores.
La solicitud de varios extranjeros desaparecidos de sus países
nativos y llegados a nuestras playas, se ha llevado con el mayor empeño y
eficiencia cada vez que tanto por la vía diplomática como por gestiones de
carácter privado lo han requerido sus Ministros o familiares, denotando así el
espíritu de fraternidad humana que priva en el ánimo del Gobierno, y el deseo
de servir a los países que llevan relaciones de amistad con Venezuela. El
favorable resultado de las gestiones oficiales, ha ido, como es natural,
controlado lógicamente con las previsivas medidas y sabias leyes emanadas del
Congreso, en lo relativo a los requisitos que debe llenar todo extranjero
arribado al territorio de la República, a efecto de que en caso de cualquiera
inquisición, pueda exhibir sus credenciales de nacionalidad, ya que, a la
sombra de la liberalidad gubernativa no sería nunca lícito amparar y confundir
los elementos honrados de cualquier región del mundo con los que, de índole
criminal y aventurera, quieren encubrir sus fechorías bajo la salvaguardia de
la seguridad personal que la Nación garantiza a los buenos ciudadanos.
Signo muy elocuente de la pulcritud administrativa y que exhibe
con la frialdad del número la austera rigidez con que se manejan las Rentas
Nacionales, es la cancelación definitiva del título de Deuda Diplomática
emitido por el Gobierno de la República con ocasión de las reclamaciones
francesas que dieron origen al Protocolo Venezolano-Francés de 1913 y al
Protocolo de Ejecución de 1915. En circular del Despacho de Relaciones
Interiores se hizo saber al pueblo de Venezuela por órgano de los Presidentes
de los Estados y los Gobernadores de los Territorios, que el día 1⁰ de octubre del pasado año fue abonada a la Legación Francesa la
última de las cuotas de esta Deuda cuyo monto total era de Bs. 3.000.000,
dejando una vez más de manifiesto cómo fue honrada y leal la actitud del
ilustre hombre público que presidió aquel arreglo diplomático, y que en la
efervescencia de las pasiones del momento, sirvió de bandera de desatinos a los
malos hijos de la Patria.
La importante Ley que sobre fabricación, comercio y porte de armas
dictasteis en vuestra legislatura de 1919, ha dado los benéficos frutos que se
propuso la iniciación bienhechora del Benemérito General Juan Vicente Gómez al
recomendar su elaboración, ya que siendo efectivas las garantías de nuestro
Pacto Fundamental, el pueblo de Venezuela vive consagrado a sus quehaceres
habituales sin tener necesidad alguna del porte de elementos muchas veces
estimulantes del delito. Ya hoy, pues, gracias a la consigna de patriotismo
austero y al ejemplo edificante del primer hombre de trabajo del país, los
ciudadanos de Venezuela dedican todas sus actividades al cultivo de las fuentes
de la riqueza pública, y las armas y demás elementos propulsores de desgracias,
se alejan de nuestro suelo o reposan en el Parque Nacional.
Ha sido constante y tesonera la acción gubernativa en el sentido
de poner cese a todo tributo que no esté religiosamente sancionado por las
prescripciones legales y muy especialmente en estricta observancia con las
garantías que la Constitución Nacional consagra a los venezolanos en su
artículo 19. Y aun cuando la tarea ocasiona continuos cuidados a la
Administración Pública, ya en su generalidad se ha venido poniendo coto a los
errores de interpretación que hacen confusas en las Entidades Municipales la
noción de autonomía, y el comercio está seguro de que puede confiar su capital
a las fluctuaciones del intercambio, siempre amparado por la más elevada idea
de equidad con que el ilustre Jefe de la Causa recomienda a diario se sustenten
e interpreten los sabios principios de la libertad de industria.
Presentadas al Ejecutivo Federal las Bulas Pontificias referentes
a la institución canónica del Ilustrísimo Doctor Sixto Sosa, como Obispo de
Guayana, el Gobierno Nacional les otorgó el “Pase”, llenándose todos los
requisitos prevenidos por la ley de Patronato Eclesiástico; y habiendo el
Ilustrísimo Doctor Sosa prestado la ratificación del juramento que prescribe la
Ley respectiva, tomó posesión canónica de su Sede Episcopal y luego hizo los
nombramientos de sus principales funcionarios, observándose en ellos todos los
requisitos legales.
En virtud de la elección que tuvisteis a bien hacer en vuestras
últimas sesiones del Ilustrísimo Señor Arturo Celestino Álvarez para Obispo
Coadjutor del Ilustrísimo Señor Doctor Felipe Neri Sendrea, Obispo de la
Diócesis de Calabozo, con derecho de sucesión, y de Monseñor Marcos S. Godoy
para sustituirlo en la Diócesis del Zu1ia, ambos prelados electos prestaron los
juramentos que respectivamente les correspondía prestar, conforme a la Ley de
Patrono Eclesiástico, y en consecuencia fueron presentados a Su Santidad para
los efectos canónicos de acuerdo con la misma Ley.
Tanto en la Arquidiócesis, como en las Diócesis de Mérida y
Barquisimeto se han presentado y nombrado conforme a la Ley de la materia
varios sacerdotes para Canongías y Prebendas, de acuerdo con los respectivos
Prelados, quienes les han dado la institución y posesión canónica.
En estos y otros actos referentes a las relaciones del Gobierno
Nacional con las autoridades eclesiásticas, se ha hecho ver la armonía que
entre ellos ha reinado siempre.
La trascendental obra de la Sanidad Nacional ha sido reorganizada
con la Ley que sancionasteis en vuestras sesiones de 1919 y con varios Decretos
Ejecutivos reglamentarios, dictados sobre proyectos que presentó el Director de
Sanidad conforme a la citada Ley que aprobó el Ejecutivo Federal.
Es evidente que el servicio a que se refiere el párrafo anterior
es empresa administrativa notablemente difícil, complicada y costosa, y su
organización y realización prácticas han de ser lentamente progresivas en
relación al alto fin a que se dirigen; mas, es satisfactorio hacer constar que
en medio de los múltiples inconvenientes que la dificultan, van siendo
sensibles los favorables resultados debidos a aquella elevada iniciación gubernativa.
De acuerdo con la Ley de Sanidad que venimos mencionando, la
Administración de Leprocomios Nacionales fue adscrita a la Oficina de Sanidad
Nacional e igualmente el servicio de Aseo Domiciliario y Urbano de la Ciudad de
Caracas, comprendido éste implícitamente en la higiene pública atribuida a la
Oficina en referencia por el artículo 1⁰ de la Ley citada.
Las relaciones exteriores de la República se han desarrollado en
un ambiente de cordialidad y de decoro. Nuestra política franca y sincera,
inspirada en un noble ideal de solidaridad humana, en un alto espíritu de
equidad y de justicia y en clara comprensi6n de los intereses positivos de los
pueblos, ha conservado y afirmado los vínculos de amistad que nos unen a todas
las naciones. Uno de los actos trascendentales de nuestra política exterior ha
sido nuestra incorporación a la Liga de las Naciones. En el mes de marzo de
1919, Venezuela fue invitada a concurrir a la Conferencia de Neutrales que
congregó en París a los países que habían permanecido extraños a la guerra,
para considerar su adhesión a la generosa iniciativa del Presidente Wilson. El
Plenipotenciario de Venezuela en Francia recibió instrucciones para declarar en
principio la adhesión de la República a la idea de la Liga, reservando la consideración
de los detalles de esta organización para cuando el Pacto de la Liga, en forma
definitiva, fuera oficialmente comunicado a los países invitados. El 11 de
enero del presente año su Excelencia el señor Clemenceau, Presidente del
Consejo de Ministros de la República Francesa y del Consejo Supremo de las
Naciones aliadas, me dirigió por medio de nuestro Ministerio de Relaciones
Exteriores, un cablegrama en que participaba que habían sido canjeadas las
ratificaciones del Tratado de Paz de Versalles. El texto de este cablegrama y
el de su contestación os será presentado en la Memoria del Ministerio de
Relaciones Exteriores. El Gobierno de Venezuela aceptó la invitación que se le
había hecho en el anexo del Pacto de la Liga de las Naciones y ofreció depositar
su adhesión en la Secretaría de la Liga en el término de dos meses fijado en el
artículo 1⁰ del Pacto. Así se hizo oportunamente, y el 3 de marzo último
nuestro Plenipotenciario en París, cumpliendo instrucciones del Ministerio de
Relaciones Exteriores, presentó formalmente el acto de adhesión de Venezuela.
En el instrumento diplomático de adhesión se reservó al Congreso la
consideración y ulterior ratificación de este acto del Ejecutivo. Este
instrumento diplomático os será sometido en la Memoria del Departamento de
Relaciones Exteriores.
El Gobierno de Venezuela fue invitado a adherir a la Convención
sobre tráfico de armas y municiones, suscrita por todas las potencias
signatarias del Tratado de Paz en Saint Germain-en-Laye el l0 de septiembre de
1919.
Esta Convención reserva el derecho de adquirir armas y elementos
de guerra a los Gobiernos de los Estados contratantes, y esta estipulación es
conveniente para la conservación de la paz internacional e interna de las
Naciones. El Gobierno de Venezuela declaró oportunamente su adhesión al
Convenio de Saint Germain-en-Laye reservando al Congreso su consideración y
aprobación.
Las Naciones signatarias del Tratado de paz suscribieron una
Convención para establecer el régimen jurídico internacional de la navegación
aérea. Esta Convención reconoce en sus cláusulas generales la soberanía de cada
Estado sobre su espacio aéreo. Después de meditado estudio, el Gobierno ha
creído conveniente adherir al Convenio y regularizar el tráfico internacional
de las aeronaves. Cuanto al tráfico de estas aeronaves en el espacio aéreo de
Venezuela, el Gobierno, comprendiendo la utilidad de este servicio y el impulso
que la rapidez de este medio de comunicación puede prestar al desarrollo del
país, ha preparado un proyecto de legislación que será oportunamente sometido a
vuestra consideración por los Departamentos respectivos.
El Gobierno de Venezuela ha sido invitado a la Conferencia
Internacional sobre Telegrafía sin hilos, que se reunirá en Washington en
octubre de este año. Se ha aceptado la invitación y se han nombrado los
Delegados que representarán al país.
El Gobierno de Venezuela ha concurrido a la Conferencia
Internacional del Trabajo, a la Conferencia Comercial Americana y a la
Conferencia Financiera, que se reunieron en Washington en julio y noviembre de
1919 y en enero del presente año. Los informes de los Delegados, los acuerdos y
recomendaciones de las Conferencias, y la indicación de las medidas
legislativas que sean necesarias para adoptar en el derecho interno los acuerdos
de dichas Conferencias, os serán sometidos en la cuenta de los respectivos
Departamentos.
Atento el Gobierno al problema vital del desenvolvimiento del
país, ha concurrido a las Exposiciones Internacionales como la Feria de Lyon,
la Exposición de Barcelona; concurrirá a la Conferencia para estudiar la
condición de los marinos, que se celebrará en Génova, y se hará representar en
la Conferencia para el estudio de las casas económicas, que se reunirá en
Londres.
En conformidad con las recomendaciones de la Conferencia
Internacional del Trabajo, los Departamentos del Ejecutivo han trabajado de
acuerdo en un proyecto de legislación que estimule y proteja el trabajo
nacional. Con una mira humanitaria y con un alto espíritu de justicia, de
previsión y de asistencia social, el Ejecutivo ha estudiado los medios de hacer
más feliz, elevar en decoro y bienestar la vida del obrero que trabaja por la
prosperidad del país y cuya labor silenciosa y humilde es la fuerza más pujante
en el movimiento de desarrollo de nuestra nacionalidad. Armonizar el capital y
el trabajo, facilitar la construcción de moradas económicas, proveer a la
reglamentación del trabajo de las mujeres y de los niños, a la salubridad de
los talleres, a las indemnizaciones por accidentes del trabajo, son tópicos de
una labor legislativa que el Gobierno recomendará a vuestro espíritu de
justicia.
La Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores describirá la
labor asidua, inspirada en fervor patriótico y en amplia previsión del porvenir
de la República, que el Gobierno ha realizado en favor de la organización y el
desarrollo del comercio exterior del país. Apenas concluyó la guerra, el
Gobierno preparó reflexivamente un plan de política económica que puesto en
vigor con celeridad de acción y acierto en los métodos, está ya dando palpables
resultados para la prosperidad de las industrias en el interior y la expansión
de nuestro comercio en el exterior. Agentes comerciales encargados de estudiar
las condiciones del tráfico, de informar exactamente al Gobierno sobre las
necesidades de los mercados extranjeros y las posibilidades de exportación de
Venezuela, de exponer en conferencias, en la prensa, en informes correctos y
precisos las condiciones actuales de nuestro país, han atraído una corriente de
comercio y de capitales y han estimulado un movimiento de expansión de nuestra
actividad económica, que ya se traduce por una creciente prosperidad de nuestra
industria y manifestaciones vigorosas de la vitalidad nacional.
A todos los puntos estratégicos para el comercio se han enviado
Agentes Consulares, que vigilen nuestros intereses, protejan nuestros derechos
y, por una discreta e infatigable labor de divulgación, exhiban la riqueza de
nuestro suelo, la energía de nuestras fuerzas de trabajo, y contribuyan a hacer
estable en el presente y más grande en el porvenir este momento de prosperidad.
Enviados especiales han ido a países que hasta ahora no mantenían
relaciones de comercio con el nuestro, a estudiar en el Extremo Oriente, en el
Extremo Norte de Europa y en las nacionalidades que se forman en la Europa
Central, mercados nuevos para nuestros productos.
Para reglamentar la labor de los Agentes viajeros de comercio se
celebró un Convenio con los Estados Unidos de América el 4 de julio de 1919. En
este Convenio se han concedido recíprocamente facilidades a los Agentes de los
dos países. El comercio entre Venezuela y los Estados Unidos ha aumentado con
mutuo provecho en los últimos años y está destinado a seguir creciendo, y estos
vínculos de interés y de colaboración estrechan los lazos que ligan a los dos
países.
Próximamente será inaugurada con la solemnidad propia de la
ocasión la Estatua del Libertador en el Parque Central de Nueva York. El
símbolo más preclaro de nuestra gloria nacional será una prenda de nuestra
constante simpatía y un testimonio de perdurable amistad para la gran nación
americana.
Tengo la complacencia de anunciaros que las cuestiones pendientes
con el Reino de los Países Bajos han sido materia de negociaciones que han
concluido felizmente en un acuerdo entre los dos Gobiernos, que resuelve de
modo enteramente satisfactorio para los dos países las dificultades que habían
interrumpido las relaciones diplomáticas. Tengo la esperanza de que el Proyecto
de Convenio en el cual están de acuerdo las dos Cancillerías podrá ser firmado
en tiempo oportuno para someterlo a vuestra aprobación en las actuales sesiones
del Congreso.
El Arbitraje de la cuestión de límites con Colombia ante el
Consejo Federal de la Confederación Helvética se ha proseguido regularmente
conforme al procedimiento fijado por la Convención de 1916 y a las reglas
establecidas por el Árbitro. La Réplica de Venezuela será presentada el 30 de
junio próximo, y ya el Plenipotenciario de la República ha recibido
instrucciones cuidadosamente elaboradas por el Ministerio de Relaciones
Exteriores para la redacción del Alegato.
En el orden fiscal acusa el año una extraordinaria prosperidad de
la Renta Pública que llegó a la suma de Bs. 78.953.713, o sean Bs.
28.782.178,92 más que en el año de 1918, último de la guerra. Tocan en este
aumento Bs. 14.670.573,83 a la Renta Aduanera y Consular y Bs. 14.111.605,09 a
la Renta Interna. La exportación de nuestros productos agrícolas que alcanzaron
altos precios en los mercados extranjeros, el aumento de los capitales y el
desarrollo de nuestras industrias en ese período, corresponden y aún superan al
rápido' incremento de los ingresos nacionales. Lo cual demuestra que a favor
del orden administrativo, de la consagración exclusiva al trabajo, de los
beneficios de la paz, bienes que ha hecho reales y permanentes la acción firme
y patriótica del General Juan Vicente Gómez, el país desarrolla con prosperidad
más creciente cada día sus inagotables recursos económicos.
El aumento de la Renta, su administración y recaudación, la
legalidad de su inversión, la exactitud de su contabilidad, la fatalidad de su
examen, revelan la superioridad de los métodos adoptados para renovar nuestro
organismo fiscal y dotar con los adelantos de los días actuales la estructura
de nuestra Hacienda Pública. Con efecto, la labor del Despacho de Hacienda ha
sido igualmente eficaz y activa, no sólo en la ejecución de las leyes y la
realización de las reformas fiscales, sino también en el desarrollo del vasto
plan con que se viene organizando la Hacienda Nacional. A esto se debe, entre
otras medidas, la nueva Contabilidad Fiscal mandada cumplir por Resolución
Ejecutiva de 28 de octubre de 1919, con la cual se reformó completamente la
contabilidad que rigió durante más de cincuenta años en el antiguo sistema
fiscal, utilísima entonces para el Tesoro Nacional del que fue en muchas
ocasiones salvaguardia fiel, y que honrará siempre a su fundador Don Juan
Bautista Vidal, uno de aquellos patricios que trabajaban en silencio por el
bien de la República y cuya memoria merece los honores del mármol.
Se ocupó también el Ministerio de Hacienda en los estudios de la
Sección Venezolana de la Alta Comisión Interamericana relativos a los puntos de
mira de la Conferencia Financiera que debía reunirse en Washington el 12 de
enero de 1920. En estos estudios se expone con sereno criterio nuestra
situación fiscal y económica y la aspiración de Venezuela de cooperar
cordialmente al acercamiento de los intereses económicos de los pueblos de las
tres Américas, propósito de fácil realización, porque aun conservando cada
pueblo, como debe hacerlo, las leyes que le son indispensables por su índole,
su historia, su configuración geográfica y su régimen administrativo, puede
adoptar todas aquellas leyes y reglamentos que en armonía con sus condiciones
peculiares, tienden a hacer de todo pueblo civilizado un factor eficiente en el
progreso universal.
Bajo la siempre aceptada dirección del Ciudadano Comandante en
Jefe del Ejército, General Juan Vicente Gómez, a cuya competencia corresponde
este ramo, el Despacho de Guerra y Marina, ha mantenido con igual interés, la
actividad de acción en todo lo relativo a la conservación y mejoramiento de las
favorables condiciones alcanzadas por el Ejército y la Marina, merced a los
esfuerzos perseverantes del Benemérito Jefe de las Armas Nacionales.
El Ejército, debidamente atendido, tanto en su equipo como en sus
necesidades de avituallamiento e higiene, se mantiene en el más satisfactorio
estado de organización, instrucción y disciplina y sus elementos nada dejan que
desear en lo relativo a cohesión y espíritu de cuerpo.
En cumplimiento de la Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas
de Tierra y Mar, sancionada por vosotros en el año próximo pasado, se han
dictado todas las medidas y disposiciones para su cabal aplicación y se
efectúan en la actualidad las inscripciones en los Estados con toda regularidad.
El día 15 de febrero fue entregado por el Despacho de Obras
Públicas el nuevo edificio de la Inspectoría General del Ejército, cuya
construcción fue ordenada por Decreto Ejecutivo del 24 de febrero de 1917. Este
magnífico edificio fue inaugurado el 24 de julio de 1919. De todo lo
relacionado a mejoras y reparaciones de los demás edificios militares, os da
cuenta el Ministro del ramo.
Las unidades de la Armada Nacional se encuentran actualmente en
perfecto estado de conservación, y os haré mención especial del crucero
“Mariscal Sucre” que fue reparado últimamente en el Astillero de Puerto Cabello
y ha mejorado mucho sus condiciones. El transporte “Zamora” ha sido de nuevo
arrendado a la Compañía de Navegación Venezolana y, con el nombre de
"Guárico" presta en la actualidad importantes servicios a nuestra
marina mercante.
En el Astillero Nacional se han verificado apreciables adelantos,
entre otros, la prolongación del Taller de Fundiciones, al cual se dotó de
nuevos hornos. En este establecimiento se han reparado todos los buques de la
Armada, los de la Compañía Anónima Venezolana de Navegación, muchos buques más
nacionales y extranjeros; y se ha atendido a todos los servicios del Gobierno y
de los particulares. Durante el año de la cuenta, el Astillero recaudó por
derechos cobrados a particulares la cantidad de Bs. 420.348,70, importó
mercaderías y máquinas por valor de Bs. 335.636,11, gastó en personal fijo la
suma de Bs. 118.100,27 y en su personal laborante Bs. 282.400,65, compró
mercaderías en el país por valor de Bs. 43.906,22, efectuó trabajos al
Ejecutivo Nacional por valor de Bs. 520.829,83, y arroja como utilidad líquida
la cantidad de Bs. 510.107,26.
Un progreso de trascendencia se ha alcanzado recientemente en
nuestra preparación militar. Los ejércitos modernos están en posesión del arma
aérea y el nuestro ha venido careciendo de ese poderoso auxiliar que prestó
tantos y tan invalorables servicios durante la terrible guerra que ensangrentó
al mundo hasta las postrimerías de 1918. Previsivo el General Juan Vicente
Gómez indicó al Gobierno, en su carácter de Jefe Supremo de las Armas
Nacionales, la necesidad de disponer lo conveniente para que el ejército
venezolano adquiriera en breve esa utilísima arma de defensa y de combate. En
tal virtud, se dictó hace pocos días un Decreto por el cual se crea la Escuela
de Aviación Militar de donde han de salir los Pilotos, Observadores, Artilleros
aéreos y Mecánicos que han de desempeñar el nuevo servicio con que ganará en
eficiencia nuestro Ejército.
Ya están comprados tres aeroplanos de muy buena calidad que han
sido trasladados a Maracay y puestos a la orden del Comandante en Jefe del
Ejército, y en la misma ciudad se procede a los trabajos preliminares de la
Escuela, como construcción de hangares, aeródromos, etc., etc. Los otros
aparatos de guerra y de enseñanza están para llegar, pues, la suma necesaria
con que se les ha adquirido fue girada a la fábrica que los vende en Europa.
Además, se cuenta con parte del personal técnico que iniciará de una vez esa
labor de positivo adelanto en la reforma de nuestro Ejército. La aviación
militar venezolana es, en consecuencia, un hecho cumplido, una reciente e
inequívoca prueba que nos da el austero General Juan Vicente Gómez de cómo
“prefiere siempre la obra a la promesa”. Cuando él insinuó al Ejecutivo, que
podía expedir el Decreto creando la Escuela de Aviación, es porque tenía ya a
la mano los elementos indispensables para establecerla. Pronto, y debido a tan
eficaz previsión, veremos surgir del seno de esa Escuela de intrepidez y de
noble emulación en el desprecio al peligro, a los futuros héroes del cielo
patrio, a los que defenderán desde el espacio azul la paz y el honor nacional,
obedientes a la voz de mando del glorioso vencedor de Ciudad Bolívar y El Guapo.
Cuanto al fomento de las riquezas naturales en que abunda el
territorio nacional, el Despacho respectivo ha tenido por normas principales,
al mismo tiempo que una vigilancia constante por que el Fisco no sufra
menoscabo alguno en sus derechos, merced a la más estricta aplicación de la
ley, un celo escrupuloso por la protección amplia y franca de todo interés
legítimo, siempre que esté suficientemente garantizado. Así, en lo referente a
la industria minera, la explotación, encauzada por la vía de los métodos más
seguros y remuneradores, ha dado en el año de la cuenta los halagüeños
resultados de que son claro testimonio los numerosos contratos que constan en
la Memoria respectiva, manifestando en qué grado el subsuelo venezolano, por su
riqueza de yacimientos minerales y de hidrocarburos, ha sido sitio preferente
de elección para los capitales extranjeros, y, como dato más elocuente aún, el
exceso de más de un millón de bolívares que la Renta de Minas alcanzó en el
último año, comparativamente con el anterior.
En lo referente a Tierras Baldías, los trabajos del levantamiento
del Catastro continúan con la mayor actividad.
La explotación de nuestra riqueza forestal ha merecido especial
cuidado últimamente, por lo fructuosa que será en lo porvenir como ramo de
Renta. El Ministerio respectivo ha dictado las medidas pertinentes para librar
a nuestros bosques de la total destrucción a que estaban expuestos por el
lamentable empirismo que, en sus métodos de cultivo, seguían hasta ayer nomás
nuestros explotadores, y gracias al empeño desplegado por los funcionarios
respectivos, bien aleccionados en cada caso por el Ministerio, las
explotaciones hoy se practican con arreglo a los métodos científicos más
modernos. Objeto de cuidadosa atención ha sido igualmente la explotación de
maderas en los terrenos baldíos. Al reglamentar este ramo de Renta, el
Ejecutivo Federal ha logrado, entre otros fines, evitar la explotación
clandestina, atentatoria por todos respectos a los intereses públicos, y
proporcionar al capital nueva y copiosa fuente de utilidades, como lo pone de
manifiesto el considerable número de empresas particulares establecidas en el
año último.
Como medida protectora de los bosques, para la conservación de las
aguas, se ha aplicado estrictamente la ley con el propósito de extirpar
totalmente la nefasta práctica de las rozas y quemas de montes; y a fin de
conservar las fuentes de la cuenca del río Caurimare, en el Estado Miranda, que
sufría visiblemente con los trabajos de labranza de los predios cercanos,
resolvióse adquirir el fundo denominado “San Rafael” o “Cerro de Arvelo”, que
fue adscrito luego a la Estación Experimental de Agricultura y Selvicultura,
instituto éste que por los satisfactorios resultados obtenidos, movió al
Ejecutivo Federal a ampliar su acción, estableciendo otro igual en la ciudad de
Maracay, que funciona con éxito cada vez mayor desde hace varios meses.
Párrafo aparte merece, por lo significativa que es del espíritu de
progreso que caracteriza todos los actos del Gobierno de la Rehabilitación
Nacional, la constancia demostrada últimamente en el sentido de lograr que
Venezuela participe al cabo definitivamente, de los cuantiosos beneficios que
la inmigración ofrece a los países como el nuestro, ricos en recursos naturales
y felizmente preparados para sacar el mayor provecho de ellos. El Ejecutivo
Federal, teniendo en cuenta que los efectos de la pasada guerra traerían una
fuerte corriente migratoria encauzada del viejo mundo hacia los pueblos de
América, preparóse oportunamente para lograrle a Venezuela de tal coyuntura las
mayores ventajas posibles, valiéndose para ello, especialmente, de las
facilidades que le prestan el crédito de que el país goza en el extranjero y la
confianza que a propios y a extraños brinda la normalidad constitucional en que
se desenvuelve la vida económica. Para la selección de elementos, trabajo y
orden aptos para constituir una inmigración favorable al país en todos respectos,
designóse, como Agente Especial en el Exterior, a persona idónea y de
suficiente crédito personal y social, cuyas gestiones hasta el presente hacen
augurar los más felices resultados.
Por la satisfacción que no puede menos de proporcionar al Gobierno
su estímulo en casos tales, es oportuno recordar el éxito brillante alcanzado
por la Exposición iniciada por el periódico “La Hacienda” y a la cual le fue
prestada oficialmente valiosa ayuda monetaria por conceptuada, como lo fue en
verdad, claro exponente del progreso realizado por nuestra actividad fabril,
mercantil e industrial en estos últimos tiempos.
En lo referente a la comunicación postal y telegráfica el Gobierno
Nacional, mediante disposiciones encaminadas, por una parte, a corregir ciertas
deficiencias que aún entorpecían ambos servicios y, por la otra, a facilitar su
desarrollo lo más posible, ha procurado, con empeño creciente, ponerlos en
capacidad de poder prestar a la industria y al comercio principalmente, de una
manera eficaz y oportuna la ayuda que reclaman tan importantes fuentes de
riqueza. El Telégrafo Nacional, además, desde el punto de vista económico,
considerado únicamente como fuente de ingresos, ha alcanzado una importancia
considerable, como jamás la había tenido anteriormente, hasta el punto de que
el rendimiento en el último año excede de Bs. 800.000.
Una nueva medida de progreso, cuya realización dará mayor
lucimiento a la memoria que la Administración Pública actual habrá de dejar en
los anales de Venezuela, es la que tiende al establecimiento de la telegrafía
inalámbrica. El Gobierno Nacional con fecha 15 de octubre del año último, abrió
a licitación la construcción, en los alrededores de Caracas, de una estación
que le permita a Venezuela comunicarse con Europa directamente y también con
los Estados Unidos de América, reservándose él para sí la explotación del
servicio. Como son numerosas las noticias de peticiones de informes que el
Ministerio del ramo ha tenido al respecto, es de esperarse que la licitación
sea lo más satisfactoria posible para el Gobierno. Además, como medida previa,
se dispuso el envío a los Estados Unidos, para que perfeccionasen sus
conocimientos en la materia, a tres de los estudiantes más aprovechados entre
los que seguían el curso de telegrafía inalámbrica en la Escuela que funcionaba
a bordo del crucero “Mariscal Sucre”. Y es de justicia hacer constar que el
aprovechamiento que hasta ahora han demostrado dichos estudiantes ha sido
objeto de honrosas distinciones para Venezuela.
Cuanto al Censo Nacional, cuyo levantamiento dispusisteis en el
año último, ya se han obtenido los datos de algunas de las regiones del país y
están al concluirse totalmente los resúmenes de otras; entre ellas el Distrito
Federal. La Oficina respectiva labora con verdadero entusiasmo y consagración
plausible a fin de que la obra corresponda en un todo al deseo del Gobierno y
satisfaga la imperiosa necesidad que, por falta de ella, se hacía sentir en el
conocimiento de la marcha de nuestros fenómenos sociales y económicos, desde
hacía muchos años.
En el Departamento de Obras Públicas se ha continuado
desarrollando con la mayor perseverancia el interesante programa formulado a
este respecto por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las constantes y
acertadas indicaciones del General Juan Vicente Gómez, quien, con su espíritu
práctico y altamente patriota, ha sido siempre el más eficiente propulsor del
progreso en este importante ramo del Gobierno.
El primer capítulo de dicho programa lo constituye la red de
nuestras vías de comunicación y de transporte, cuyas arterias fundamentales
son, como se sabe: la Gran Carretera Occidental de Venezuela, de extraordinaria
trascendencia, como que abarca los extensos territorios comprendidos entre esta
capital y la ciudad de San Antonio, en los límites con Colombia, a través de
ocho divisiones políticas de la República: el Distrito Federal, y los Estados
Miranda, Aragua, Carabobo, Cojedes, Portuguesa, Zamora y Táchira; y la Gran
Carretera Oriental, de no menor importancia, que habrá de llevar la civilización
y el progreso a todas nuestras regiones orientales, directamente, o por medio
de sus numerosos ramales. Los trabajos de estudio y de construcción de ambas
arterias se han proseguido en el reciente año sin interrupción alguna; habiendo
practicado últimamente en la primera de ellas el ciudadano Ministro de Obras
Públicas, una visita de inspección a todo lo largo de su extenso itinerario,
con el saludable propósito de darle mayor impulso a los trabajos, de procurar
en éstos la uniformidad requerida y de resolver los numerosos problemas
técnicos y administrativos que envuelve la realización de tan importante obra.
Además de los trabajos concernientes a las dos arterias
mencionadas, el Gobierno Nacional ha seguido ocupándose con especial interés en
los estudios, construcción, conservación y reforma de las carreteras de
penetración del país, es decir, de las vías que unen o han de unir con aquéllas
a los puertos de nuestras costas marítimas y de las riberas del Orinoco, para
completar así, de modo enteramente satisfactorio, el diagrama general del
sistema proyectado de nuestras vías de comunicación. Entre estas carreteras de
penetración pueden contarse como las principales: la Carretera Central del
Táchira, terminada hace ya algunos años, y cuyo ramal hacia Ureña y San Antonio
está concluido y en vías de ejecución bastante adelantado el ramal a Rubio; la
Carretera Central de Mérida, que debe construirse como prolongación del
Ferrocarril de Santa Bárbara al Vigía; la Carretera Central de Trujillo, que
hace ya sus servicios satisfactoriamente entre la población de Motatán y la
capital de aquel Estado; la Carretera Central del Estado Falcón, continuada por
Carora y El Tocuyo y luego hasta la población de Guanare; las dos Carreteras
terminadas de un todo, entre Puerto Cabello y San Felipe y entre el mismo
puerto y Valencia, con sus respectivas prolongaciones hacia el interior del
país, a través de regiones de exuberante producción agrícola; la Carretera de
Ocumare de la Costa a Maracay, de extraordinario interés desde diversos puntos
de vista, y la importantísima vía de nuestros Llanos, desde el centro de los
valles de Aragua hasta el puerto de San Fernando de Apure; la Carretera de La
Guaira a Caracas y su prolongación hacia los feraces valles del Tuy; la
Carretera de Caracas a Guatire, que atraviesa una región privilegiada que puede
considerarse como el granero principal de la capital de la República; la
Carretera de Barcelona a Soledad, en el Estado Anzoátegui; la de Cumaná a
Cumanacoa y de Campano a Tunapuy, en el Estado Sucre; la de Puerto Francés a
Maturín, en el Estado de este nombre y por último la Carretera que liga el río
Orinoco con la región minera del interior de la Guayana del Estado Bolívar, la
cual, a más de ser en realidad una vía de penetración, forma la extremidad de
la Gran Carretera Oriental de Venezuela.
Todas estas vías, de primordial importancia, unas construidas o en
construcción y otras en estudio, han sido objeto de preferente atención en el
último año por parte del Ministerio de Obras Públicas.
En este mismo ramo de nuestras vías de transporte, es del caso
mencionar la reconstrucción del ferrocarril nacional de Santa Bárbara al Vigía
hasta su estación terminal en el kilómetro 60, y la difícil desviación del río
Chama llevada a cabo para impedir que sus aguas torrentosas continuasen
invadiendo el trazado de aquella línea y destruyendo sus instalaciones; obras
estas de progreso, de sumo interés para la facilidad de las comunicaciones en
los Estados Mérida y Zulia, y cuyas dificultades técnicas y de ejecución habían
constituido hasta ahora un obstáculo insuperable para su realización definitiva.
La Memoria del Departamento respectivo contiene abundante acopio
de pormenores acerca de este importante asunto.
Los trabajos concernientes al segundo capítulo del programa de
nuestras obras públicas, que comprende los acueductos de nuestras poblaciones,
están representados en esta vez, en primer término, por las obras
complementarias del Acueducto de Caracas, a saber, el abrigo del Estanque de distribución
existente en el Paseo de Independencia con una cubierta de concreto armado y el
estudio de una planta moderna de purificación de las aguas para hacer del todo
satisfactorias sus condiciones salutíferas; y luego, por la terminación de la
parte matriz del nuevo Acueducto de La Guaira, por el estudio de la
distribución de aguas en el recinto de la misma población, por algunos trabajos
complementarios y de perfeccionamiento del Acueducto de Barquisimeto, por la
construcción del Acueducto de Caraballeda, y finalmente por los interesantes
estudios comenzados a practicar en los alrededores de Ciudad de Cura para el
aprovechamiento de las aguas de invierno del río Guárico; plan este último de
carácter trascendental, que habrá de tener extenso campo de aplicación en
muchas comarcas del país, donde las aguas potables son escasas o están muy
distantes de las poblaciones.
En cuanto al desarrollo y fomento de nuestros puertos y muelles,
debo dar cuenta en primer lugar del grandioso propósito de establecer uno o más
puertos internacionales de depósito en nuestro extenso litoral, con el fin de
ofrecer las mayores facilidades posibles a nuestro comercio con el exterior,
propósito éste en gestación en el ánimo del Gobierno Nacional desde hace algún
.tiempo y acerca del cual el Ministerio de Obras Públicas ha venido reuniendo
todos aquellos datos e informaciones que habrán de necesitarse para llevar a
cabo las obras marítimas que implicaría la realización de semejante proyecto.
Se han continuado los trabajos de reconstrucción del Muelle de
Guanta con obras de concreto armado; ha sido concluido el Muelle de Pampatar y
sus obras anexas; y se han efectuado nuevas reparaciones en los Muelles de
Puerto Cabello y Maracaibo.
Referente a esta materia, debo informaros de una controversia
ocurrida últimamente entre el Ministerio de Obras Públicas y la Corporación del
Puerto de La Guaira, con motivo del aumento de las tarifas para el servicio de
los muelles; aumento que consideraba justificado dicha Compañía por los mayores
salarios que tiene que pagar hoya los empleados de la Caleta para la
movilización de las mercancías y por el alza actual en los precios de los
materiales necesarios a la conservación de las obras de aquel puerto. El
Ejecutivo Federal, como parte contratante, y asumiendo la defensa y protección
de los intereses de la comunidad, ha considerado de su deber negar su
aprobación al referido aumento, basándose en razones de equidad y de derecho,
que se exponen en los documentos respectivos; mas no habiendo podido llegar a
un avenimiento con la referida Compañía, ha sometido el punto a la decisión de
la Corte Federal y de Casación.
En cuanto a las obras de ingeniería sanitaria, acometidas de
manera intensiva por el Ejecutivo Federal en estos últimos años, con el propósito
de llevar nuestros servicios de sanidad a la altura exigida hoy por la ciencia
moderna y por la práctica de las naciones civilizadas, debo referirme aquí a
las siguientes: conclusión del Hospital de Aislamiento en los alrededores de la
ciudad de Caracas, que fue solemnemente inaugurado el 24 de julio del año
retropróximo; los trabajos y diligencias preliminares para la construcción de
las Estaciones de Cuarentena en La Guaira y Puerto Cabello; y muy especialmente
la ejecución de la red de cloacas de Caracas, obra esta de grande aliento,
decretada por el Gobierno Nacional el 13 de junio de 1919 y cuya construcción
en extensas proporciones está actualmente en plena actividad.
El acometimiento de los trabajos de las cloacas de Caracas de modo
definitivo y con grande acopio de recursos, de conformidad con un plan
maduramente concebido, y que al mismo tiempo que no sea dispendioso satisfaga
los principios científicos modernos es un paso de la mayor trascendencia que
hará época sin duda en los anales de nuestro progreso material, no sólo por la
inmensa utilidad que habrá de reportar a la capital de la República, sino por
las dificultades económicas hasta ahora consideradas como insuperables que
desde largos años se han opuesto siempre a su realización. Esta obra extraordinaria
será de hoy más una gloria inmarcesible para el Gobierno de la Rehabilitación
Nacional y para el ilustre Jefe de la Causa.
Antes de cerrar estas líneas, concernientes al importante ramo de
nuestras obras públicas, réstame aún hacer mención de una elegante obra
arquitectónica recientemente concluida e inaugurada en esta capital el día 24
de julio de 1919: el hermoso edificio construido frente al Palacio de
Miraflores con destino a la Inspectoría General del Ejército, y cuyas
excelentes condiciones son ya bastante conocidas del público de Caracas por
haber servido de asiento provisionalmente a la Exposición de nuestros productos
industriales, abierta el 19 de diciembre del año próximo pasado y promovida por
el periódico “La Hacienda”.
Quedan así expuestas a manera de resumen las labores más notables
del Departamento de Obras Públicas en el curso del último año, dejando al
Ministro del ramo la tarea de especificarlas convenientemente y de referirse a
otras muchas obras que han sido realizadas.
El Ministerio de Instrucción Pública ha continuado perfeccionando
la organización de la enseñanza primaria, estimulando la asistencia escolar y
creando nuevos planteles graduados. El problema de la asistencia ha sido uno de
los que más dificultades ha presentado, pero ya se ha logrado imponer la
obligación de asistir a la Escuela en muy importantes porciones del territorio
venezolano y además, con la creación de un premio en dinero para las personas
que enseñen niños menores de catorce años por su cuenta particular, se facilita
para todo el país la enseñanza primarias, base indispensable de todas las demás
formas de enseñanza. En ese sentido el Ministerio del ramo ha sido infatigable,
pues no difundir la instrucción primaria, equivale a estancar el progreso
intelectual en los cerebros privilegiados.
Para las nuevas Escuelas “José Vicente Unda” en Pedraza y “Alí
Gómez” en Mariara, está construyendo el Ministerio de Obras Públicas locales
especiales y se ocupa, con verdadera competencia, de estudiar el modelo
práctico para establecer en todo el país la casa-escuela, la universidad del
pueblo.
En la Escuela Modelo de Caracas construida por orden del General
Juan Vicente Gómez para el Centenario, instaló el Gobierno un estanque de
natación que fue inaugurado el 24 de julio, con el propósito de facilitar el
aprendizaje de tan higiénico deporte; cerca de la Escuela de Medicina ha
establecido un campo de “tennis” y ha fomentado las clases de gimnasia y los
juegos que contribuyen a la cultura física de la nación.
Se ha ocupado el mismo Despacho de realizar la enseñanza
secundaria y se empeña en que sea efectiva la práctica que exige la ley, a cuyo
efecto viene dotando los Liceos y Colegios con elementos de Laboratorio.
Transcurridos los tres años que daba la Ley de 1915 para la admisión de alumnos
con certificados particulares, es hoy requisito indispensable que los que vayan
a cursar las materias correspondientes al Bachillerato posean el Certificado de
Instrucción Primaria Superior expedido por el Consejo de Instrucción. Durante
el año de 1919 el Gobierno dotó las Cátedras de Trabajos Prácticos de los
cursos especiales con profesores y elementos.
El Ministerio ha iniciado, además, la enseñanza del inglés en las
escuelas primarias y ha adquirido equipos completos de “Cortinaphone” para los
institutos federales de la República.
Los planteles de Caracas concurrieron con importantes trabajos a
los certámenes organizados por el periódico “La Hacienda”.
Se ha tomado igualmente el mayor interés por el buen
funcionamiento de los Institutos que corresponden a la importante rama de la
Instrucción Superior, y a este efecto ha creado nuevos cursos en algunos de
ellos, ha hecho mejoras de importancia en los edificios y les ha venido
suministrando el material de enseñanza necesario. Entre aquéllos son de
mencionarse los Cursos Libres de Trabajos Prácticos de Medicina Operatoria y de
Medicina Legal y Toxicología en la Escuela de Medicina, y la Cátedra de
Procedimiento Civil y de Enjuiciamiento Criminal en la Escuela de Ciencias
Políticas de esta ciudad.
Para la Escuela de Medicina se ha encargado una magnífica
instalación frigorífica destinada a la conservación de cadáveres y de otros
materiales de enseñanza de las Cátedras de Histología, Anatomía Normal y
Patológica y Medicina Legal.
Respecto a los Institutos de Extensión Universitaria, es de notar
el buen estado y enriquecimiento de nuestros Museos, especialmente del Boliviano,
al que ha venido haciendo múltiples y valiosos donativos el General Juan
Vicente Gómez y para el cual ha obtenido el Gobierno Nacional tres volúmenes de
la “Gaceta de Caracas” correspondientes a los años de 1820 y 1821, comprados al
señor J. B. Pérez Soto. Igualmente fue depositado en este Museo el precioso
ejemplar de la obra de J. J. Rousseau, intitulada “Du Contrat Social ou
Principes de Droit Politique” que legó el Libertador, por una disposición
testamentaria, a la Biblioteca de la Universidad de Caracas, y que hacía muchos
años se hallaba extraviado.
Hizo el referido despacho otra preciosa adquisición histórica: la
de los documentos originales correspondientes al Tomo XIII de las Memorias del
General O'Leary, que habían desaparecido del Archivo de la Academia Nacional de
la Historia, y que lujosamente encuadernados en un tomo se conservan
actualmente en el “Archivo del Libertador”.
El Observatorio Cajigal y las Estaciones Meteorológicas y
Pluviométricas han prestado muy útiles servicios, y el resultado de sus
observaciones ha sido debidamente compilado en cuadros que aparecen en la
Memoria respectiva. El primero de los establecimientos expresados, hizo una
magnífica adquisición: el ecuatorial de la fábrica Grubb que le fue regalado
generosamente por el señor H. L. Boulton, y el cual fue instalado en un nuevo
cuerpo del edificio construido por órgano del Despacho de Obras Públicas.
Correspondió al año de la cuenta el centenario de una de las más
gloriosas fechas en los anales de nuestra independencia: el de la trascendental
Batalla de Boyacá. Para su celebración fue promovido por la Academia Nacional
de la Historia un Certamen entre los escritores de las cinco Repúblicas
Bolivianas con el siguiente lema: “La Batalla de Boyacá y su trascendencia en
lo militar y en lo político”. Este Certamen, en el cual se adjudicaron dos
premios, obtuvo el más completo éxito.
Os he dado cuenta de los actos administrativos y políticos
emanados de la Presidencia Provisional durante el tiempo transcurrido desde la
presentación de mi anterior Mensaje. Los datos pormenorizados acerca de esos
datos los encontraréis en las Memorias de los Ministros del Despacho.
Nada que sea ingrato para vuestros espíritus patriotas he tenido
que consignar en las presentes páginas, porque la marcha de los asuntos del
Estado ha sido serena y de venturosos resultados, merced principalmente al
concurso experto de los consejos del Jefe de la Rehabilitación Nacional, General
Juan Vicente Gómez, y a la colaboración inteligente y esforzada, tanto de los
altos empleados que han compartido conmigo los trabajos de la labor efectuada,
como de todos los agentes del Gobierno de la República.
No es un ardid de retórico que aspira el fallo favorable del
jurado ante el cual aboga, el que yo declare tener confianza plena en que
vuestro juicio no me será adverso. Entre compañeros que militan con honor y
lealtad en las filas de una misma Causa no cabe la lisonja ni es arbitrio el
engaño. Os he hablado en el lenguaje de la verdad y de la misma manera me
hablaréis vosotros al dar respuesta a este Mensaje.
Fue mi propósito ser breve al rendiros la cuenta que acabáis de
oír, mas ella ha tenido que extenderse, porque la obra realizada es de magnitud
y no era posible describirla en pocas páginas -así fuese circunscrita dentro de
los límites de una rigurosa síntesis.
Sea el párrafo final del presente documento una excitación de cuya
acogida entusiasta estoy bien seguro: mantengamos estrechamente vinculados
ambos poderes: el que ejercéis y el Ejecutivo Federal, de manera que la fórmula
de nuestra fe republicana continúe siendo “Patria y Unión”, la consigna dada a
todos los servidores de la Causa por el Jefe Benemérito e Insustituible de
ella, el General Juan Vicente Gómez.
Ciudadanos Senadores. Ciudadanos Diputados:
V. MÁRQUEZ BUSTILLOS.
Caracas, 29 de abril de 1920.
(Extraído del Libro “Mensajes Presidenciales”, Tomo IV, 1910-1939,
Presidencia de la República, Caracas, 1971, Págs. 119-141).
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